Argentina, 1985: la ruta gastronómica de la película que puso al cine nacional otra vez en boca de todos

El largometraje incluye apariciones de tres lugares emblemáticos de Buenos Aires.

Es la película del momento. Incluso sin el apoyo de la mayoría de las grandes cadenas de salas de cine, Argentina, 1985 se las ingenió para convertirse en un éxito a poco de su estreno.

La historia del inédito juicio a los comandantes de las juntas militares que encabezaron la dictadura genocida que se inició en 1976 es el eje temático del largometraje dirigido por Santiago Mitre y protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani en la piel de Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, los fiscales responsables de aquella memorable investigación.

La Buenos Aires de mediados de los 80 es retratada con maestría en la película, mientras Strassera y Moreno Ocampo atraviesan dificultades de todo tipo para encarar la histórica acusación.

Y en esa pintura de época, los realizadores incluyeron algunas referencias gastronómicas que vale la pena destacar. Sin spoilers, claro.

Los restaurantes de Argentina, 1985

La zona de Tribunales, naturalmente, es protagonista. Y todos conocemos decenas de bares donde las barras son clave para el consumo al paso de abogados y oficinistas siempre apurados.

No sorprendió entonces la presencia inocultable de Café Paulín, un clásico ubicado en Sarmiento al 600, que sin embargo no está identificado por una impecable precisión histórica: fue inaugurado en 1988, tres años después de aquel año imborrable para la sociedad argentina.

Paulín se caracteriza por su salón rectangular y largo, recubierto de boiserie, que permanece igual desde aquellos años.

Lo mismo sucede con la barra en “U” con capacidad de albergar hasta 36 comensales en la que los personajes de Darín y Lanzani se sientan para planificar el juicio.

Paulín es famoso por sus sándwiches, entre los que se destaca el de peceto, enorme y generoso, que además lleva queso tipo gruyere, panceta, morrón y salsa criolla, en pan francés.

En la misma cuadra de esta locación se rodó otra de las escenas con referencias gastronómicas, más precisamente en The Brighton, una sastrería clave para clase alta porteña con conexiones con la aristocracia de origen británico que funcionó de 1908 hasta 1976.

A la entrada se encuentra una majestuosa barra de cedro, única en Buenos Aires, con columnas de un fino trabajo de ebanistería rematadas por capiteles corintios de bronce. Arriba reinan las tres plumas de avestruz talladas, obsequio del Príncipe de Gales, casualmente, uno de los hombres más elegantes de su época.

El lugar fue recuperado en 2021 por los mismos dueños de Café Paulín y rebautizado como The New Brighton, para dar lugar a un bar y restaurante que conserva y respesta la decoración original.

Otros clásicos porteños

No muy lejos de esa cuadra, en Libertad al 400, sobrevive otro templo de la gastronomía porteña, Züm Edelweiss, una cervecería de culto que sigue adelante más allá de crisis y modas.

Fue inaugurada en 1907 y desde 1933 ocupa este local que cuenta con una oscura boiserie, boxes, vitraux y panoplias con cornamentas de ciervo, un verdadero museo culinario.

En una de sus mesas se sientan los personajes clave de Argentina, 1985 para seguir armando la estrategia que pondría en prisión a los máximos genocidas de nuestra historia.

Se puede ver una botella de Carcassone en esa reunión, un tradicional vino de mesa de aquellos años. La carta de Edelweiss ofrece aún buena parte de esos platos de antaño como el lomo Eduardo VII, chucrut garnie o la suprema a la Maryland.

Además, es una de las pocas opciones que hay en la zona para ir a comer luego de una función en el Teatro Colón.

Pero la película cuyo guión delinearon Mitre y Mariano Llinás no tendría su paisaje porteño gastronómico completo sin una pizzería.

La elegida fue Banchero, pizzería creada en 1893 en La Boca por el inmigrante xeneixe Agostino Banchero. En 1967, inauguraron otra sucursal en Corrientes y Talcahuano, en pleno centro, donde se elaboran sendas fugazzas con queso, la especialidad de la casa.

Allí se reúnen los jueces del tribunal en una de las últimas escenas de la película.


Author: Cucinare

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