Cobra 600 dólares a cada uno que quiera visitar su cava solo para observar los vinos

Uno de los coleccionistas más importantes del mundo le puso a precio a una simple recorrida por su inmensa y selecta cava.

Cualquier enófilo que se precie de tal, suele enorgullecerse cuando muestra su cava a amigos o terceros. A fin de cuentas, es lo mismo que sucede cuando un bibliófilo se jacta de su frondosa biblioteca, y no deja pasar ocasión para hacer alarde de la calidad y variedad de las obras que pueblan sus anaqueles.

Pero una cosa muy distinta es cuando uno no solo quiere exhibir su cava, sino que además quiere cobrar por ello. ¿Cobrar por ver una cava? Sí, y suena más descabellado aún cuando su dueño pretende cobrar la friolera suma de 600 dólares, una cifra exorbitante aún para los estándares del primer mundo. Y sin incluir degustación alguna…

Es el caso del octogenario francés Michel-Jacques Chasseuil, que construyó una bodega debajo de su casa que está catalogado como el “Louvre del vino”. Y, según los informes, verlo costará solo 600 dólares por visita, sin incluir las degustaciones, por supuesto. El galo vive en La Chapelle-Bâton, situada en la región de Poitou-Charentes, donde construyó un sótano de 344 metros cuadrados, además de un vestíbulo, cafetería y sala de degustación.

La fe en su proyecto se basa en que es el propietario de una colección de aproximadamente 50.000 botellas, considerada entre las mejores del mundo, lo que le llevó incluso a escribir el libro 100 Vintage Treasures: From the World’s Finest Wine Cellar (100 tesoros vintage: desde la mejor cava del mundo).

Según la publicación The Drinks Business, no se sabe a ciencia cierta el precio de la colección de Chasseuil, pero una vez le ofrecieron 60 millones de dólares por la misma y el venerable anciano declinó la oferta, por lo que se estima que su valor es sensiblemente superior.

La incógnita es si los potenciales visitantes estarán dispuestos a desembolsar 600 dólares cada uno para contemplar unas botellas, por más rancias e importantes que sean. Chasseuil piensa que su museo no solo será un éxito, sino que pondrá a su ciudad en el mapa de Francia. “Es una herencia que debe preservarse”, dijo al diario The Times. “Cuando estos vinos ya no se puedan beber, simplemente se convertirán en obras de arte”, concluyó el coleccionista.

¿Te gustaría visitar esta cava?


Author: Cucinare

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