Frutas y verduras de estación: más productos de otoño

A caballo entre verano e invierno, la góndola de otoño ofrece productos ricos y accesibles. Te contamos cuáles son.

El paisaje amarillea, los días se acortan y la temperatura baja. Son síntomas inequívocos de que el otoño está a las puertas. Y, con la llegada de la nueva estación, se imponen otros hábitos alimentarios en función de los dones que los ciclos de la naturaleza dan, y que conviene seguir tanto por cuestiones de salud como de sostenibilidad.

Cucinare, que hace pocos días te anticipó algunos de los productos de la temporada, amplía tu alacena con otras sugerencias:

#1. Zapallo. Es originario de México y tiene diferentes especies, pero se cultiva a lo largo del todo el mundo. Los que interesan en este caso son los zapallos de invierno, que se cosechan en otoño y se caracterizan por su textura húmeda y sabor suave. Algunos de ellos son el anco, la kabutiá y el Golden Hubbard, esta última variedad de reciente producción en la Argentina. Se pueden comer frescos, en finas láminas, cocinados en un puré, sopa o estofado. Obviamente, al elegirlos hay que evitar aquellos que tengan golpes, picaduras, cortaduras o partes blandas.

#2. Espinaca y acelga. La espinaca es una hortaliza cuyas hojas de color verde oscuro se suelen comer cocidas o crudas. Son ricas en agua, minerales y vitaminas. Además son muy digestivas. Si bien tienen hierro, existe un falso mito acerca de la enorme cantidad con que cuenta esta planta, que se halla en igual cantidad en muchos otros vegetales. Se supone que son originarias de Persia, aunque muchos pueblos antiguos ignoraron su existencia. Según el diccionario Larousse Gastronomique, durante la Edad Media se vendían frescas, cocidas, picadas y prensadas en bolitas. En el siglo XVII se cocinaban con azúcar y se cultivaban más de diez variedades. Por su parte, la acelga también tiene hojas de color verde oscuro, rizadas y de textura suave, y sus venas pueden variar del blanco al fucsia. Las hojas tienen que estar exuberantes y la nervadura central crujiente. Cuando es joven se puede comer fresca, o sino cocida o frita a la sartén.

#3. Palta. No es exagerado decir que hay un apetito feroz alrededor de la palta. Solo en Europa entre 2016 y 2018 su consumo creció un 65%. Esta moda de la palta se da porque además de rico es muy saludable: tiene enormes niveles de grasa moninsaturada (la buena) y casi la misma cantidad de potasio que la banana. El otoño es época de cosecha de este lado del mundo y, para elegirlas, conviene comprarlas apenas maduros, cuando la cáscara cede a la suave presión que uno ejerce con el dedo. Lo bueno es que si se compran verdes maduran en la frutera.

#4. Manzana. ¿Cómo no culpar al pobre Adán? La manzana, en cualquiera de sus variedades, es una fruta exquisita. Fueron los españoles los que trajeron las primeras al Cono Sur, más precisamente a Chile, y de allí pasaron a la Patagonia, donde tan bien se dan. Entre las de mayor producción se encuentran las Red Delicious, Granny Smith, Golden Delicious, Pink Lady y otras más, algunas de ellas destinadas a la exportación. Una de sus grandes virtudes es la capacidad de conservación, así que se pueden estibar en la heladera durante mucho tiempo. Se comen frescas, cocidas o en conserva y lo ideal es que al elegirlas tengan la piel sin manchas ni magulladuras.

¿Te gustan estos productos de estación?


Author: Cucinare

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