Galletas danesas: la delicia nórdica que conquistó el mundo con su sabor y su tradicional envase en lata

Historia, curiosidades y receta de las famosas cookies de manteca.

Algo huele bien en Dinamarca. Ese aroma que cruza fronteras se debe al producto gastronómico más popular del pequeño país: las galletas de manteca.

Se sabe que las primeras galletas se hicieron alrededor del año 1100, cuando aún dominaba la cultura vikinga. El producto, llamado småkager (por más que se las conoce como danish butter cookies), perduró a lo largos de los siglos en las entrañas de los hogares daneses, al punto de que a fines del siglo XIX, muchas casas estaban equipadas con estufas a leña para que la gente pudiera hornear sus propias galletas.

A medida que las galletas de manteca se volvieron más populares, las panaderías profesionales comenzaron a vender sus propias versiones. La marca Royal Dansk, quizás la más conocida en el rubro, se creó en 1966 y en la tapa de la lata color azul, presentaba una pintoresca casa de campo danesa.

Esta tradicional marca pertenece al grupo de alimentación Kelsen, que además se hizo de las tradicionales galletas Riberhus y otras marcas, siendo Kjeldsen la más antigua, que data de 1933.

Estas galletas sabrosas y crujientes se hacen a base de manteca, harina y azúcar como ingredientes principales. Como la masa está seca y, por lo tanto, es difícil de manipular, los panaderos suelen poner la masa en bolsas la mandan por un tornillo pastelero; la masa en forma de tubo continuo permite al panadero crear formas y figuras diferentes, como remolinos o círculos. Los panaderos más audaces agregan frutas secas, como pasas de uva.

Otro activo de este producto son las latas metálicas, atractivas por demás. Esos envases, una vez vacíos de contenido, se guardan y terminan siendo cajas multiuso, como por ejemplo, archivo fotográfico o costurero.

Si querés animarte a replicar este clásico, va nuestra receta:


Author: Cucinare

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