Gastronomía playera: todos los secretos de las comidas típicas del verano

Secretos y tips de las delicias típicas que se consumen durante el verano en los diferentes destinos costeros. 

Con los pies en la arena, la gastronomía adquiere un tinte especial: nadie quiere llenarse de calorías ni perder demasiado tiempo sentado a la mesa para almorzar, ya que las olas y el sol llaman. Estos son algunos de los bocados que podés dar en la playa, tradicionales y con raigambre veraniega.

Cucinare te cuenta de qué se trata cada uno, su historia y consejos a la hora de elegirlos.

#1. Ensalada de frutas. Uno de los mejores tentempiés playeros. En realidad, el nombre técnico es macedonia de frutas. Y sí, tiene que ver con la región que está al norte de Grecia. Porque en la tierra natal de Alejandro Magno hay una llanura fértil que es “similar a un gran frutero”; allí se da fruta fresca y de gran calidad, al punto que se ha llegado a asociar al nombre de la región con esta mezcla de frutas. Es común ver los potes de las ensaladas de frutas en las conservadoras de los centros de veraneo. ¿Cuál es la clave para elegirla? El verano es tiempo de frutas carnosas, de carozo, pero por lo general los comerciantes hacen uso y abuso de naranja y manzana, combinación que les resulta económica. Así que si de lejos uno ve que prima el color naranja, es posible que la ensalada sea un poco monótona.

#2. Rabas. Otro snack playero por excelencia. Las rabas se hacen con calamar, el cefalópodo más abundante de la plataforma marítima argentina. Se usa el tubo del calamar común (Loligo vulgaris) y, una vez limpio, se corta en anillas, se reboza y se fríe en aceite. La raba tiene que estar crocante por fuera y tierna por dentro. ¿Cómo saberlo a simple vista? La clave pasa por la fritura, y eso lo denuncia el color. La fritura de la raba es corta, así que el aspecto tiene que ser claro; si viene oscura por lo general está cocida por demás. Conviene acompañarlas con limón, mayonesa o salsa tártara recién hecha.

#3. Choclo. El choclo es la mazorca de maíz dulce. Quien no comió un choclo hervido a la vera del mar no sabe lo que se pierde. La temporada del choclo es el verano, así que es momento de comer uno de granos grandes y apretados. No es sencillo saber cómo elegir un choclo en la playa, pero conviene observar las condiciones bromatológicas de puesto antes de hacer la elección. Los mejores para comer son los superdulces (tienen gradaciones según el dulzor) y lo ideal es que el vendedor le de un hervor corto de unos 10 minutos, para que no pierda la textura del maíz. Y si el comerciante en cuestión tiene choclos estibados en algún lado, las hojas deben ser tersas y de un color verde brillante.

#4. Papas fritas. Ya sea que las comas en un cono caminando por la playa o sentado en un parador, las papas fritas son un excelente appetizer. Pero encontrar unas buenas papas fritas en la Argentina es casi es un milagro. Por un lado, no se puede hacer mucho con las papas que se comercializan en el país; casi siempre se usa la spunta, que tiene demasiada agua. Un error común es pensar que las papas fritas no deben estar marcadas previamente; al contrario, para lograr crocancia se necesita una segunda fritura al momento de comerla, así que conviene que tengan una fritura previa. ¿Qué otra cosa mirar? Si uno tiene acceso al aceite que se emplea en la fritura (que debe ser limpio), fantástico. Porque por lo general el comerciante escatima con el cambio de aceite y da como resultado un producto rancio que trae acidez.

#5. Barquillos. ¡Ah! Un producto vintage en peligro de extinción; las golosinas industriales casi desplazaron la figura del barquillero. El barquillo es una sencilla una hoja delgada de pasta hecha con harina sin levadura ni azúcar. Por lo general, tiene canaletas y en ocasiones se come con dulce de leche, helado y otras confituras. ¿Cuál es la clave para elegir un barquillo? Que sea fresco, recién hecho, porque cerca del mar se humedece enseguida y pierde todo su atractivo. Lamentablemente esto sólo se puede comprobar con el tacto.

#6. Sándwich. No hay playa sin sándwich, la forma de comer entre dos panes que popularizó John Montagú, lord of Sandwich, ludópata consumado que no dejaba la baraja de lado a la hora de comer. Nada más sencillo y a la vez complejo que un buen sándwich. En la playa hay que estar atento a los ingredientes delicados, como los langostinos, porque en la Costa la cadena de frío suele sufrir cortes en temporada. Lo ideal para un sándwich es que sea fresco, hecho en el momento y con pan del día. Y en la Costa Atlántica, particularmente en Mar del Plata, los clásicos, aparte del icónico de jamón y queso, son los de atún, los de jamón y palmitos y los de langostinos y palmitos.

#7. Churros. Comer churros es una costumbre muy madrileña, aunque en la Argentina se consumen churros rectos, que en rigor se llaman porras. En ocasiones estas porras o churros se rellenan con dulce de leche o crema pastelera y por lo general se espolvorean con azúcar. No hay secretos; para que sean ricos tienen que estar recién fritos. El precio de la docena de churros simples esta temporada es de $ 120 la docena, en promedio.

#8. Queijo na brasa. Parece un helado de palito de crema pero se trata de una barra de queso. Es una incipente tendencia que vino del Nordeste de Brasil, donde emplean un tipo de queso llamado coalho (queso de cuajo), que se asa en una pequeña parrilla y luego se le agrega orégano. En la Argentina no se produce este tipo de queso, pero se emplean algunos sucedáneos. Igual es muy difícil verlo en la Costa Atlántica porque aún sigue siendo una rareza.

¿Qué otro snack playero agregarías a la lista?


Author: Cucinare

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