Historia de la vajilla irrompible que se convirtió en tradición de los hogares argentinos

Te contamos el origen de esos platos de color ámbar que sobrevivieron a golpes y generaciones por igual.

“Durax toda la vida” o “vendiendo soy un león”. Los que peinan canas seguramente se acuerdan de esas publicidades que impulsaban la venta de la clásica vajilla casera de color ámbar. Incluso las generaciones más jóvenes seguramente tienen en sus casas algún plato, taza o vaso de las que era considerada “la vajilla irrompible”.

Porque la sencilla y casi anodina vajilla Durax que habita en muchos hogares tiene una historia de tradición, diseño e innovación sobre sus espaldas. Si bien es un producto argentino, el método para el templar el vidrio a altas temperaturas para luego enfriarlo inmediatamente tuvo su origen en Francia, material que se usaba para fabricar parabrisas durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero sucede que, debido a su fortaleza y bajo costo, hizo que muchas familias tuvieran una vajilla de ese vidrio en casa. La marca Durax se creó en la Argentina en el año 1972, año en que realizó los primeros prototipos y, ni bien salió al marcado, fue aceptada de inmediato por el gran público.

En esa creciente popularidad, las campañas publicitarias cumplieron un rol preponderante. Muchos recuerdan los comerciales protagonizados por actores como Jorge Martínez, Nora Cárpena y Beatriz Salomón.

Originalmente, la produjo una sociedad anónima que estuvo activa hasta el año 2000, cuando cerró sus puertas. Pero en 2002, la empresa resucitó de la mano de una cooperativa que actualmente tiene a su cargo el negocio. En su catálogo cuenta con todo tipo de vasos, pocillos, tazas de desayuno, platos playos, para desayuno, hondos, de postre, compoteras, bowls, algunas fuentes y otros artículos de cocina.

Y, aunque no se hacen los productos clásicos de antaño, como las clásicas tazas ambarinas, tienen una línea más aggiornada a los tiempos que corren. Estos utensilios, en particular los fabricados hace tres o cuatro décadas, no sólo siguen en vigencia, sino que se han trasformado en objetos vintage, de culto, casi al mismo nivel de una silla Bertoia.

¿Conservás alguno de estos productos en la alacena de tu casa?


Author: Cucinare

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