Los restaurants parisinos se rebelan contra el cierre impuesto por el gobierno francés

La gastronomía de la Ciudad Luz no la tiene fácil y busca sobrevivir, aunque vulnere las restricciones.

El miedo de la restauración a un nuevo cierre no es algo que pase sólo en la Argentina. En Francia, capital de la gastronomía occidental, se anunció a principios de abril que, debido al aumento de casos de Covid-19, se haría un paréntesis en de cuatro semanas, lo que implica una clausura temporal de los comercios no esenciales entre las 19 y las 6.

Además de esta triste noticia, la cadena de televisión francesa M6 emitió un documental que reveló la existencia de restaurants rebeldes en París. Es que los negocios del rubro no cuentan con resto financiero para seguir sosteniéndose, motivo por el cual han estado sirviendo menús de precio fijo a una clientela selecta, e incluso a uno o dos ministros del gobierno.

Associated Press informó que los menús por pasos en uno de estos elegantes restaurant oscilaron entre € 160 y € 490 por cabeza, con propuestas que incluían trufas con foie gras, langosta en salsa de jengibre y una botella de champagne. A Pierre-Jean Chalençon, propietario del Palais Vivienne en París, le hicieron una cámara oculta donde se jactaba de que ministros del gobierno supuestamente habían estado presentes. Después de la emisión del documental, el abogado de Chalençon dio marcha atrás y le dijo a la AFP que su cliente solo estaba haciendo gala de su “humor y sentido del absurdo”.

Pero debido a este episodio, el fiscal de París, Rémy Heitz, abrió una investigación sobre las cenas ilegales y está tratando de identificar a todas aquellas personas que asistieron a los eventos, especialmente a los que trabajan para el gobierno. “Verificaremos si las reuniones se organizaron en violación de las normas sanitarias y determinaremos quiénes fueron los posibles organizadores y participantes”, dijo un vocero del fiscal. Además, se rumorea que ya identificaron alrededor de 200 personas en relación con estas comidas, que podrían enfrentarse a un castigo severo.

Los ciudadanos franceses confinados, que no han podido ir a un restaurant durante seis meses, tampoco estaban contentos de ver el documental. Los hashtags #OnVeutLesNoms (Queremos los nombres) y #MangeonsLesRiches (Comamos a los ricos) fueron tendencia en Twitter.

¿Qué te parece la reacción de los restauradores?


Author: Cucinare

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