“The Bear”, la nueva serie gastronómica que es atrae a los fanáticos de la cocina

Aguda, diferente, por momentos absurda y muy bien interpretada, esta oda al submundo culinario se lleva todos los aplausos.

Que la televisión y las señales de streaming están saturadas de contenidos gastronómicos es evidente. Hay para todos los gustos: desde películas hasta tutoriales, pasando por documentales y realities.

A pesar de la saturación, muy cada tanto surge un producto distintivo, que no sólo llama la atención, sino que hace saltar la banca.

Es el caso de The Bear, una serie de ficción sobre un pequeño restaurante de Chicago, “semi lumpen”, de ambientes claustrofóbicos y pletórico de tensión y neurosis.

No se trata de un establecimiento de alta cocina, sino de un chiringo que elabora sándwiches al paso, administrado por Carmy Berzatto, chef en ascenso que vio truncada su carrera por el suicidio de su hermano, quién le heredó el lúgubre negocio.

Berzatto, dueño de The Original Beef of Chicagoland, interpretado por Jeremy Allen White, transmite fielmente en nerviosismo y el estrés de tener que lidiar con un tugurio cuyos empleados, uno más colorido que el otro, se aferran a las caóticas viejas prácticas.

Sus ocho episodios de media hora, todos lanzados la semana pasada, logran capturar la adrenalina visceral y palpitante de la cocina profesional, la precariedad financiera del negocio de los restaurantes y el impulso de someterse a él.

Además de la brillante actuación de White, The Bear cuenta con un excelente elenco, entre los que se destacan Sydney (Ayo Edibiri), una sardónica sous chef formada en una escuela culinaria cuya ambición y talento aún no han pagado las facturas. Los dos intentan controlar al variopinto grupo de veteranos del local.

También está el curioso pastelero Marcus (Lionel Boyce), el inmigrante somalí Ebra (Edwin Lee Gibson), la cáustica cocinera Tina (Liza Colón-Zayas, una destacado que se vuelve más interesante con cada escena), y su primo Richie (Eben Moss-Bachrach).

La serie nunca se desvía de su ritmo vertiginoso ni de la combinación de caos y belleza comestible, en dosis idénticas.

Los entendidos podrán asociar a Carmy a la figura de Bourdain; no hace falta un gran esfuerzo de imaginación para ver al neoyorquino sumido en la vorágine de la cocina de The Beef…


Author: Cucinare

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