Cualquier bodeguero o productor de vino reza cada año para que el clima y el entorno sean favorables para obtener una buena cosecha. De ello depende la calidad y cantidad del vino que puedan producir a continuación.
Sin embargo, a veces, con esto no alcanza, como es lo que les está sucediendo a las bodegas alemanas, en crisis por la falta de botellas de vidrio. Y encima, por un motivo más que insólito.
Además, este año la cosecha está siendo de una calidad excepcional. Sin embargo, aunque parezca un juego de palabras, se está dando un cuello de botella en la provisión de los necesarios envases para embotellar el vino, y todo por la competencia de una empresa que nada tiene que ver con la industria vinícola: Coca-Cola.
La multinacional de gaseosas se ha encontrado frente a un dilema relacionado con el cambio de preferencias de sus consumidores. Cada vez más, los bebedores de bebidas azucaradas desechan los envases de plástico, por una cuestión de respeto al medio ambiente, y regresan a las viejas botellas reciclables de vidrio, lo que está repercutiendo en la oferta de los fabricantes de estos envases en Alemania.
Además, las bodegas necesitan distintos modelos de botellas, algo que no les interesa demasiado a las fábricas, mucho más cómodas con los pedidos de las envasadoras de gaseosas, con pedidos más voluminosos y menos sofisticados.
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