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Llegaron las castañas: de dónde vienen y dónde se consiguen

En la Argentina no son muy comunes, pero esta deliciosa semilla es muy popular en Europa. Cómo comerlas.

Muchos no lo saben pero la castaña fue, durante siglos, uno de los principales alimentos de campesinos europeos que no tenía acceso a la harina de trigo, incluso se la asociaba al estigma de la pobreza. Pero todo eso cambió y hoy la castaña, nuez que procede del castaño, forma parte de la venta ambulante callejera invernal, tanto de Europa como de los Estados Unidos.

Ya no son humildes campesinos los que las comen, sino atareados citadinos que quieren ingerir un snack al paso que, cucurucho de papel en mano, se llevan castañas calientes recién salidas de la estufa que comen con indisimulado gusto.

Es originario de Asia Menor y existen diversas variedades cultivadas en los diferentes climas templados de todo el mundo. Al igual que la almendra, no resulta fácil acceder al fruto, porque viene protegida por una cubierta espinosa, similar a un erizo, de color amarillo verdoso. Una vez arrancada esta uno se topa con un fuerte caparazón marrón que protege al fruto, que es levemente dulce (una vez cocido), carnoso y de color marfil.

La época de la castaña es el otoño y no se pueden comer crudas debido a su alto grado de astringencia, por eso se sugiere tostarlas al fuego, tal como indica la costumbre, o emplearlas para hacer salsas, rellenos, helados e incluso harina. Para comerlas al horno o a las brasas hay que marcarles una X con el cuchillo y esperar unos 15 minutos, hasta que la X se abra un poco; luego hay que quitar la cáscara con cuidado, a fin de no quemarse, y disfrutar del festín.

Vale mencionar que al castaño se lo considera un mágico protector. Una de las muchas leyendas en torno a este árbol cuenta que, bajo sus ramas, en el año 1501, durante las guerras de reconquista, el rey español Fernando el Católico celebró una misa pidiendo en sus oraciones un retraso en el crepúsculo a fin de favorecer la llegada de las tropas.

En Buenos Aires se pueden conseguir en algunas dietéticas y negocios del Barrio Chino. Conviene guardarlas en un lugar fresco y seco, y comerlas lo antes posible porque se deterioran rápidamente. También se pueden congelar y de esta forma logran aguantar tres meses. Actualmente el producto oscila entre los $ 200 y $ 400 el kilo, en función de la calidad.

¿Ya probaste las castañas?

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