Danielle Franzoni, una moza que trabaja en un restaurant de la localidad de Thunder Bay River, en Estados Unidos, muy cerca de la frontera con Canadá, vivió su propio “cuento de Navidad”. Porque ella es una madre soltera que se aloja desde hace un año en un refugio para personas de la calle y jamás se imaginó la propina que le iban a dejar.
“Cosas como estas no les pasan a personas como yo”, dijo la emocionada empleada en una entrevista. Es que una pareja que llegó al establecimiento donde trabaja y que fue atendida por ella pidió la cuenta, que era de 23 dólares, pero en el recibo de la tarjeta de crédito, que en Estados Unidos permite agregar la propina, le dejaron un adicional de 2.020 dólares.
El recibo que pagaron decía “Feliz Año Nuevo Tip Challenge” (Concurso de propinas), lo que generó incredulidad en Franzoni, quien creyó que se trataba de un error hasta que el gerente del restaurant se lo confirmó.
“No saben nada de mi historia. No saben de dónde vengo. No saben lo difícil que ha sido”, dijo la camarera sobre la pareja que le dejó la propina. “Realmente están haciendo esto por la bondad de su corazón”, finalizó.
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