Ante la crisis económica que afecta a casi todos los negocios, un club de striptease de los Estados Unidos tuvo una revolucionaria idea para no tener que despedir a sus bailarinas: reconvertirlas temporariamente en repartidoras de comida a domicilio.
El original pero también polémico servicio de delivery es prestado por el club Lucky Devil, ubicado en la ciudad de Portland, Estado de Oregon (noroeste del país). Y, hasta ahora, ha tenido bastante éxito en un mercado tan competitivo y saturado como el de las entregas de comida en plena cuarentena.
Más de un cliente se sorprendió cuando le tocaban el timbre para hacer la entrega de su pedido, en un servicio que se promociona como “Food 2 Go-Go”.
El dueño del club, Shon Boulden, rearmó la cocina de su club para enfocarla en el delivery y recurrió a su equipo de bailarinas para hacer más atractiva su oferta gastronómica. Por la suma de 30 dólares, las chicas llegan con los pedidos hasta la puerta de las casas, para sorpresa de los clientes.
Transformar salsas y ajustar texturas, entre los resultados de este líquido clave.
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