En un momento difícil como la cuarentena para cualquier restaurant del mundo, en Bangkok, Tailandia, un establecimiento gastronómico decidió impulsar sus ventas por delivery recurriendo a repartidores modelos.
Con la economía tailandesa virtualmente cerrada, el trabajo de las agencias de publicidad escasea, de ahí que estos modelos aceptaran dedicarse a repartir la comida a domicilio.
Para el restaurant 76 Garage, la idea le ha traído algunos clientes más, pero no tantos como esperaban sus dueños en un principio. Es que el miedo al contagio y la falta de ingresos son los principales obstáculos para que la economía no vuelva a arrancar con fuerza.
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