Es un hecho cultural que estamos acostumbrados a terminar las comidas con un postre. Y por eso está la sensación de que uno queda realmente saciado si termina de comer con algo dulce.
Además, los dulces se asocian en general con recompensas y sentimientos positivos, además que desde chicos se estimulan más el sabor dulce que los demás (salado, ácido, amargo, umami).
Por otra parte, los especialistas explican que el consumo regular de alimentos ricos en azúcares y grasas provocan cambios neuroquímicos en el cerebro, que generan un círculo vicioso y por lo tanto es el mismo cerebro el que va a demandar más de esa clase de alimentos.
Encima, la tentación por lo dulce crece de noche, ya que la serotonina disminuye, y este es un neurotransmisor que brinda la sensación de saciedad y bienestar.
Por eso uno mismo tiene que hacer el esfuerzo de evitar caer en esta tentación y diversificar la dieta con frutas, que son alimentos sanos y naturales que también aportan su dosis de sabores dulces sin ingerir grasas.
¿Sos de terminar tus comidas con algo dulce?
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