Encargar un vino de u$s 18 y recibir por error uno de u$s 2.000, sin tener que pagar la diferencia. Parece increíble, pero ocurrió en un restaurant de Nueva York.
El dramático error (para el mozo y el sommelier) ocurrió en Balthazar, donde una joven pareja había encargado un Pinot Noir de la parte baja de la lista de precios, pero terminaron degustando un Mouton Rothschild 1989, un vino de colección que vale el precio que tiene.
El error se dio porque los empleados del distinguido restaurant vertieron los dos vinos en decantadores, pero a la hora de llevarlos a las mesas, se equivocaron de destino.
La explicación llegó de la mano del dueño del establecimiento, Keith McNally, quien tuvo que salir a disculparse a una mesa de cuatro ejecutivos de Wall Street, quienes habían encargado el vino más caro de la carta, pero terminaron recibiendo el más barato.
Insólitamente, nadie de los comensales parece haber reconocido el error de inmediato. Siempre según lo relatado por el dueño, la pareja decía entre ellos la sorpresa que les había causado el Pinot, al que consideraban tan bueno que merecía figurar entre los vinos caros de la carta.
Pero después de cinco minutos de servidos, McNally se dio cuenta del lamentable error, por lo que fue a avisarles a las dos mesas, sin intención de retirar el Mouton a la pareja, quienes se sintieron maravillados por el obsequio, al sentir que fue “como que el banco se equivoque a favor nuestro”.
Pero los ejecutivos reconocieron que no les había parecido tan bueno desde el principio cuando el dueño se acercó a pedirles disculpas y cambiarles la botella por la que habían encargado.
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