Está claro que no será su principal decisión para desactivar las principales medidas de su antecesor, pero el gesto no pasó desapercibido. Es que Joe Biden acaba de asumir como presidente de los Estados Unidos y ya se deshizo del botón rojo que Donald Trump tenía en el escritorio del Salón Oval, que le servía para pedir en cualquier momento un vaso de Coca-Cola Light con hielo sin necesidad de pronunciar palabra alguna.
Era bien conocida la afición del magnate inmobiliario por la comida chatarra, pero sobre todo por la popular gaseosa, que toma todo el tiempo. Ni vino, ni cerveza, ni otro tipo de alcoholes, ni agua: Trump vive hidratándose a golpe de vasos de Coca Light.
Si el expresidente fue un excelente embajador de la marca, en el caso de Biden el estilo gastronómico del nuevo mandatario estadounidense es mucho más convencional y saludable. El exvicepresidente de Barack Obama toma vino, come pasta y helados, aparte de tomar agua en lugar de gaseosas. Por lo que entendió que el famoso botón rojo estaba de más.
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