Es sabida la obsesión de Cristiano Ronaldo por el cuidado de su estado físico.
De hecho, para alcanzar la excelencia deportiva, hace años que el portugués se somete a una estricta rutina de gimnasio, descanso y a una dieta cuidadosamente estudiada.
Tal es así que incluso tiene a Giorgio Barone entre sus filas, diestro cocinero italiano que se encarga de alimentarlo con verduras, ensaladas pescados y mariscos.
Pero desde el retorno del astro futbolístico al Manchester United, club donde se dio a conocer, no todo es de color de rosas, al menos en el vestuario.
El ligero malestar no pasó por una cuestión de egos o por decisiones deportivas, sino por la dieta. Ronaldo realizó una suerte de bajada de línea en este aspecto, al punto de condicionar a sus compañeros en la elección del menú.
Días atrás, Lee Grant, el tercer arquero del club contó lo siguiente: “El viernes, cuando acabamos de comer, había varios postres en el menú, tarta de manzana, brownies con crema, etc. Pero nadie se atrevía a ir a por ellos”.
“Un compañero me preguntó: ‘¿Qué tiene Cristiano en su plato?’. Y era el plato más sano que te puedas imaginar. Tenía varios platos y uno de ellos tenía quinoa, palta y un par de huevos duros. Es normal que esté en ese increíble estado físico”, dijo Grant.
Quizás lo más incómodo es que CR7 quiere que sus compañeros tengan una dieta similar a la suya, al punto que ya habló con los cocineros del club para que incluyan en el menú del plantel a sus preparaciones favoritas, como pulpo y bacalao, ingredientes que algunos de sus pares detestan.
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