Cuando la persuasión no funciona, se suele usar el garrote. Ya lo dice la divisa nacional chilena: “Por la razón o por la fuerza”.
Es lo que está sucediendo con las recientes medidas unilaterales tomadas por el secretario de Comercio Interior de Argentina, Roberto Feletti, que congelará 1.482 productos por 90 días.
La medida se oficializó a través de la resolución 1050/2021, del Boletín Oficial. No es la primera vez en la historia argentina que se quiso encajonar los precios por la fuerza y nunca funcionó; de hecho, hasta resultó contraproducente.
Dentro de esta canasta de productos freezada, se incluyen bebidas alcohólicas, a saber: 43 variedades de vino, 23 de cerveza, 17 clase de aperitivos, 5 tipos de licores, 5 de fernet, 2 champagnes y un coñac, un total de 96 artículos del rubro.
¿Qué es lo que motivó a Feletti a tomar tan draconiana medida? “Permitir que la gente tenga unas Fiestas felices”. El funcionario agregó que “no parece un gran esfuerzo para las empresas mantener los precios de cerca de 1.500 productos por 90 días”.
Desde Cucinare consultamos a Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, cámara empresaria que nuclea a la mayoría de las principales bodegas de todo el país y a bodegas pequeñas y medianas, que conforman un 70% de los socios de la entidad.
La referente dice que “la medida nunca funcionó, y en el caso del vino en particular, nosotros venimos con un atraso de varios años respecto de la inflación, porque se ha priorizado el consumo frente a la suba de precios”.
Y agrega: “El consumo venía cayendo, y si bien es cierto que durante la pandemia subió, por el cambio en el estilo de vida, nuevamente se revirtió. Y como te dije, en los últimos años veníamos perdiendo frente a la inflación”.
“Los costos siguen subiendo, tenemos insumos en dólares, y en también pesos, como la mano de obra que va aumentando con la paritaria, e insumos que se van acomodando con la inflación”, argumenta Ortiz.
“A eso hay que sumarle la falta de botellas, así que estamos buscando es abastecernos afuera, lo que apareja un incremento mucho mayor. Por todo esto, la medida no sirve y es muy negativa“, continúa la empresaria.
“Nosotros ya tuvimos precios máximos, donde se acordó una suba del 4% y 6%. Después, cuando se liberaron los precios, no hubo una estampida. Porque hay que tener en cuenta que este sector está muy atomizado; no es como otros sectores de bebidas que está manejado por 2 o 3 jugadores. Acá somos muchísimas empresas, y si una hace una suba mayor precios, pierde el espacio en la góndola, y el resto lo va a tomar. Es una medida que nos llama mucho la atención; se estuvo hablando con la Secretaría de Comercio, hubo varias reuniones sobre el tema vinos, previo a esto, pero verdaderamente nos sorprendió la medida”, concluye Ortiz.
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