A los múltiples homenajes realizados durante el primer aniversario de la muerte de Diego Maradona este 25 noviembre, se sumó uno que sintetiza dos pasiones del astro argentino.
De un lado, la afición del 10 por el asado y el vino, costumbre que no perdió en ningún momento de su carrera.
Del otro, Maradona tenía pasión por los autos, y llegó a tener una buena colección de rodados, entre los que se encontraba la mítica Ferrari.
La idea disruptiva de unir automóviles y fútbol fue de un fanático del exfutbolista, vecino de Ituzaingó, provincia de Buenos Aires.
Andrés Sternari quedó shockeado por la partida de su ídolo, y poco tiempo después decidió convertir un viejo Ford Sierra modelo 1993 en una parrilla.
Abajo del capot, una vez retirado el motor, montó un enrejado que alimenta a base de carbón.
El auto, de color celeste y blanco, fue ploteado con la leyenda “D1OS”, y el rostro de Maradona, trabajo realizado por su primo y amigo, el diseñador Darío Menza.
Las primeras brasas del auto-parrilla se prendieron el 10 de julio de 2021, con la final del partido de Argentina-Brasil, por la Copa América.
Si bien lo tenía en el patio de su casa, se vio obligado a sacarlo para hacer espacio, a fin de que sus hijas puedan jugar.
A un año de la desaparición física de Maradona, al auto se lo puede ver estacionado sobre la Colectora del Acceso Oeste, mano a Luján, justo pasando la curva del peaje troncal de Ituzaingó.
Sternari pudo darse el gusto de ver a Maradona, incluso tiene una foto con dedicatoria, y un tatuaje que llevará por siempre.
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