¿Quién no pidió alguna vez en un restaurante o bodegón una tabla de fiambres para comer solo o para compartir? En la Argentina es una costumbre muy arraigada, no solo cuando se sale a comer, sino también en las casas, muchas veces antes del asado.
Pero parecería ser que no todos los establecimientos gastronómicos entienden el concepto de lo que significa en el imaginario colectivo del argentino medio “una tabla de fiambres”.
En la inmensa mayoría de los casos, uno la asocia con un plato bien surtido y que no deje a los comensales con el sabor a poco.
Sin embargo, “puede fallar”, tal como lo comprobó un usuario de Twitter, que decidió compartir la gran frustración que sintió.
Fue @cuentadelodio el que mostró la foto del plato que le sirvieron en un restaurante, del que tuvo la delicadeza de no escrachar su nombre.
“Ando de vacaciones y nos pedimos una ‘tabla de fiambres’ y nos llegó la manifestación de la depresión”, escribió en su tuit, donde se puede ver la escasez de ingredientes: una feta de jamón cocido enrollada, otra de queso de máquina, cinco aceitunas verdes, una rodaja de leberwurst y otra de salame picado grueso.
Como era de esperar, el posteo se viralizó enseguida, con comentarios que mostraban todo el fastidio:
-“No bueno, denuncia instantánea”.
-“Mirá que yo no suelo quejarme pero apenas me trae eso el mozo le digo ‘no, no, cambiámelo mejor”.
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