Con la llegada del frío, en las verdulerías falta fruta. Pero no hay mal que por bien no venga, ya que con el invierno llegan las verduras de hoja en su mejor expresión, con la lechuga como principal exponente.
Es la mejor ocasión del año para hacerse de ensaladas en clave verde, pero para ello es necesario sabe cómo tratar a un producto tan delicado.
En primer lugar, hay que saber elegir; lo mejor son plantines con hojas de tamaño moderado y aspecto fresco, sin zonas ennegrecidas ni bordes oscuros.
Es mejor evitar aquellas de cabeza marchita y hojas excesivamente maduras y ásperas.
Después hay que deshojarlas, hoja por hoja, y lavarlas sumergiéndolas unos minutos en una bacha con agua fresca con una proporción de 1,5 ml cada 10 litros de agua.
Luego hay que centrifugarlas y guardarlas en un taper con papel absorbente en la heladera. También se pueden guardar en una bolsa de plástico hermética.
Pero si querés aprender otra forma de lavar, porcionar y conservar la lechuga por más tiempo, y de forma eficiente, no dejes de ver este video que hicimos con @fiebrefoodie para Cucinare.
Para recuperarlas, se pueden sumergir en agua helada las hojas 15 minutos antes de servirlas; de esa forma serán más crujientes.
Hay que tener en cuenta que en la Argentina las variedades comerciales de lechuga son la criolla, la morada, capuchina, francesa, hoja de roble y baby leaf.
Pero entre la variedad criolla y la mantecosa suman aproximadamente dos tercios del volumen de lechuga que se comercializa en el país.
Transformar salsas y ajustar texturas, entre los resultados de este líquido clave.
Recetarios, crónicas, atlas viajeros y manuales ilustrados. Propuestas distintas sobre un universo que nos fanatiza.
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