Silvina Batakis pasó, de la noche a la mañana, de tener un bajo perfil en los medios, a convertirse en la protagonista del gobierno que conducen Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Es que en las últimas horas, la Griega, como la llaman todos sus colaboradores, se convirtió en la ministra de Economía y, como era de preverse, de inmediato se empezaron a conocer detalles de sus orígenes, su vida privada y su recorrido profesional.
Pero lo interesante desde el punto de vista gastronómico es que la funcionaria es fanática del baklava, el tradicional postre de Medio Oriente cuyo origen se disputan las cocinas árabe, turca y griega, patria de su familia paterna.
En realidad, como sucede con tantas preparaciones de la región oriental del Mediterráneo, existe un sinnúmero de platos que son comunes a todos estos países y que resulta difícil definir el lugar exacto dónde se crearon.
El baklava es un postre elaborado con una pasta de pistachos o nueces trituradas, distribuida en una masa filo y bañado en almíbar o jarabe de miel.
También puede llevar un relleno de avellanas, almendras o frutos secos, según el lugar donde haya sido elaborado.
En cuanto a Batakis, quien reivindica sus orígenes helenos (es nieta de griegos y alemanes) y es experta en esa cultura, varios de quienes trabajan con ella han revelado que la funcionaria disfruta tanto con este postre que hasta ha llevado a sus colaboradores a degustarlo.
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