Si todos afirman que “comemos con los ojos”, es decir que uno se siente atraído por la comida porque primero la ve, ir a un restaurante donde todo está a oscuras y no se puede ver nada parece ser un contrasentido.
Y, sin embargo, en Dans Le Noir? (En la oscuridad), la idea es disfrutar de los sabores de una manera diferente.
Hace varios años que el concepto de cena a oscuras viene desarrollándose en varios países. Empezó en Francia hace más de 20 años y, de a poco, se ha ido extendiendo a otros países del resto del mundo.
Aquí los mozos son ciegos y, en algunos lugares, los comensales llevan antifaz. Pero también existen establecimientos que logran la oscuridad más absoluta, como si se tratara de un sótano. Ni siquiera hay luz para ir al baño, por lo que todos cuentan con la ayuda de los camareros.
“La idea es integrar a estas personas no por su discapacidad, sino por su capacidad. ¿Quién mejor que una persona ciega para guiarte en la oscuridad?”, explicó Maité Sutto, directora de la franquicia en España.
“Los comensales llegan a confundir la carne con el pescado”, cuentan los mozos, y agregan: “Muchas personas, por no decir el 90%, no saben diferenciar si están tomando vino blanco, tinto o rosado”.
Es que al eliminar la vista de la ecuación, el sentido del gusto queda huérfano y confunde los sabores a los que tanto uno está acostumbrado.
¿Te gustaría ir a uno de estos restaurantes?
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