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El espumante que nació en la década del 90 en un país vecino y se convirtió en un clásico de Fin de Año en la Argentina

Fresita fue creada en 1992 por unos bodegueros chilenos. Actualmente se produce en la Argentina.

Llega la época de las Fiestas y se multiplican los momentos de brindis en los eventos sociales. Para esa ceremonia se puede hacer con champagne, sidra y otros espumantes.

En ese abanico de posibilidades, no son pocos los que eligen Fresita, una propuesta muy popular dentro de la categoría de espumantes frutados y si bien el mercado argentino es uno de sus grandes consumidores, esta etiqueta en realidad nació en Chile.

En 1902, el catalán Josep Rabat envió a su hijo Antonio rumbo a Chile. Un conocido suyo, que no tenía descendencia, era dueño de una panadería en Santiago y le había ofrecido darle trabajo al joven.

Antonio Rabat luego heredó el negocio y fue ampliando su estructura a través de la compra de otros comercios del rubro. Sin embargo, en 1919, con 33 años, liquidó todas sus propiedades y viajó a Cataluña.

Se quedó en Europa durante dos años y en ese momento decidió volver a Chile. Pero en su regreso no retomó el negocio que le había dado buenos resultados, sino que optó por volcarse a la vitivinicultura.

Rabat compró la Viña San Clemente y al emprendimiento se sumó su cuñado, Ricardo Gorchs. A esto le sumó la fundación de Viña Manquehue luego de traer cepas directo desde Francia.

En 1950 asume el mando José Rabat Gorchs, el hijo de Antonio. Y la compañía siguió su rumbo en el negocio de los vinos de alta gama.

Recién en 1992 se da el lanzamiento de Fresita por intermedio de Viña Manquehue. Se trataba de un espumante al que le agregaban pulpa natural de frutilla.

Para hacerlo utilizaban un blend de chardonnay, sauvignon blanc y moscatel y lo finalizaban con el método Charmat.

La marca estaba pensada puntualmente para un público femenino. Incluso en el sitio oficial de Casal Sparkling Brands, dueño de la etiqueta, destaca: “Nuestra promesa: estar ahí cuando las mujeres se juntan con amigos”.

Al poco tiempo, la firma empezó a producir y exportar Fresita a diferentes mercados de América latina y la Argentina fue uno de los que picó en punta. Para 1998 ya enviaban cerca de 500.000 cajas de botellas al mercado local.

Según Regional Trade, Fresita tiene más de un 50% de participación dentro de la categoría de espumantes frutados. A partir de 2002 iniciaron un proceso de sustitución de importaciones y la marca se produce localmente en Mendoza. Al sabor original de frutilla se le agregó una opción de arándanos y frutos rojos.

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