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La historia de los caramelos masticables que ya son cábala de la Selección Argentina: cómo surgió el nombre de los Sugus

Paredes y De Paul mantienen la ceremonia de salir a la cancha antes de los partidos y compartir esta golosina.

La cábala arrancó en la Copa América 2021 y siguió en el Mundial de Qatar. Leandro Paredes y Rodrigo de Paul salen a la cancha antes de los partidos y se los ve compartir unos caramelos de los más conocidos que se venden en los kioscos argentinos.

Pero, ¿cuál es la historia de esta golosina, parte de la infancia de todos los argentinos? Todo comenzó como un proyecto de negocios de la chocolatera Suchard. La empresa, fundada por Philippe Suchard en 1825.

Esta compañía buscaba diversificar su portafolio de productos, ya que los veranos eran difíciles para la venta de chocolate. Por eso, su director general, Hans-Conrad Lichti, emprendió un viaje por Europa en busca de la golosina ideal que complementara su oferta.

Hans-Conrad Lichti encontró la fórmula en Polonia. En su extenso recorrido, Lichti halló una receta de caramelos blandos frutales en Cracovia. El ejecutivo adquirió la patente y se llevó la receta a Suiza para afinar los detalles. Se trataba de un dulce que podía masticarse, pero también era lo suficientemente suave como para dejarlo que se derritiera en la boca. Los Sugus ya estaban en camino.

En 1931, la compañía presentó los Sugus en cuatro versiones: ananá, frambuesa, limón y naranja. A cada uno le asignaron un color representativo de la fruta que les daba su sabor característico. No sabían cuál elegir para el de ananá y finalmente optaron por el azul, que luego se convirtió en genérico para otras golosinas. Para el nombre, tomaron la primera sílaba de Suchard y la convirtieron en capicúa para que fuera fácil de recordar.

El producto ganó popularidad rápidamente en Suiza, pero su expansión internacional se detuvo con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Una vez terminado el conflicto, la firma golosinera retomó la producción y lanzó los caramelos Sugus en varios países de Europa.

Por ejemplo, a España llegaron en 1961. Allí también construyeron una planta que se mantuvo activa hasta 1987, cuando trasladaron la producción a Argentina. Tres años después, Suchard fue adquirida por Philip Morris, que desembolsó 3.800 millones de dólares y la fusionó con Kraft, su división alimenticia.

Los sabores cambiaron y se ampliaron con el tiempo. En 1934, añadieron el verde de menta y en los 90 la frutilla reemplazó a la frambuesa original.

A partir del año 2000, la cordobesa Arcor compró la licencia para elaborar los Sugus en el país y trasladó la línea de producción a su fábrica en Tucumán.

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