Las sales aromatizadas son un recurso muy útil en la cocina. Una de las opciones es la de vino tinto. Su elaboración es rápida y económica, nada que ver con las versiones industriales y comerciales. Y aporta mucho sabor a los platos.
Generalmente se utiliza para sazonar carnes en guisos o a la parrilla. También para realzar el sabor de pescados, pollos o cortes de cerdo. A continuación, la receta para prepararla en casa.
#. Reducción del vino: en una cacerola pequeña, verter el vino tinto y llevar a fuego medio-alto. Cocinar hasta que el vino se reduzca a una tercera parte de su volumen original, lo que llevará entre 15 y 20 minutos. Esta reducción concentrará los sabores y el color del vino.
#. Mezcla con la sal: en un bowl grande, mezclar la sal marina con la reducción de vino. Remover bien para que toda la sal quede impregnada del líquido, creando una pasta de color intenso.
#. Secado: extender la mezcla en una bandeja para horno forrada con papel manteca o una bandeja de silicona. Dejar secar al aire libre por varias horas, o bien secar en el horno a temperatura muy baja (50-70°) durante aproximadamente 1-2 horas, removiendo ocasionalmente para que la sal se seque de manera uniforme.
#. Almacenamiento: una vez que la sal esté completamente seca, desmenuzar cualquier grumo que se haya formado y almacenarla en un frasco hermético para que conserve su frescura y aroma.
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