Durante siglos, el té blanco estuvo rodeado de una aureola de misterio y distinción. Desde las míticas “agujas de plata” nacidas en las montañas de Fujian hasta las versiones más accesibles que hoy se consiguen en cualquier mercado, esta variedad se convirtió en un símbolo de pureza y sofisticación.
¿Pero qué lo hace tan especial? En Argentina se consiguen hojas de esta infusión en unos $ 25.000 los 250 gramos.
Según explica Kenny Vega, especialista en té y creador del blog Puntodeté, el secreto del té blanco está en su sencillez. “La elaboración parte de una lógica casi minimalista, pero conseguir buenos resultados requiere maestría: sólo se recolectan los brotes más tiernos, se marchitan a la sombra o al sol y luego se dejan secar. No hay oxidación, no hay enrollado. Todo está en el detalle”, cuenta Vega.
El origen del té blanco se sitúa en la provincia china de Fujian, particularmente en las zonas de Fuding y Zhenghe, donde prosperan dos cultivares tradicionales: Da Bai (“blanca grande”) y Xiao Bai (“blanca pequeña”).
Estas variedades, explica Vega, son las que permiten producir brotes vigorosos, ideales para obtener infusiones delicadas pero llenas de complejidad.
Entre los tipos más conocidos está el Bai Hao Yin Zhen o silver needle, elaborado exclusivamente con brotes jóvenes cubiertos de una pelusa blanca. Es el más valorado por su dulzura sutil y su estructura aromática, y también uno de los más costosos: para un kilo hacen falta unos 10.000 brotes.
Otra variante popular es el Pai Mu Tan o white peony, que suma dos hojas al brote y ofrece un perfil más robusto, ideal para quienes se inician en el mundo del té blanco.
También vale la pena destacar el Moonlight White, hecho con la variedad Assamica en la región de Yunnan, y el Wild Buds, producido a partir de árboles silvestres que aportan notas cítricas y ácidas poco comunes en esta familia.
Pero el atractivo del té blanco no se limita a su sabor. “Se lo conoce como el elíxir de la juventud por su altísimo contenido de antioxidantes”, señala Vega.
Y la ciencia parece darle la razón: estudios asocian su consumo con beneficios como la reducción de la presión arterial, el control del colesterol y la protección frente a enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer o la osteoporosis.
Incluso hay investigaciones que lo vinculan a una mejor salud bucal y a efectos positivos sobre la piel, el peso corporal y hasta el Parkinson.
Siempre cabe recordar: la consulta a médicos especialistas es lo recomendable para combatir cualquiera de estas enfermedades.
Si bien en el mercado local todavía no es tan difundido como otras variedades, cada vez son más los que se animan a explorar su delicadeza y complejidad. Y como dice Kenny Vega: “Un buen té blanco no sólo es una bebida: es una experiencia sensorial y un puente con la tradición milenaria de la cultura china”.
El evento será el 24 y 25 de mayo en Av, del Libertador y Pueyrredón,…
Doble fritura para que la masa hojaldrada se abra bien, el secreto de pastelitos bien…
El emblemático guiso criollo tiene muchas versiones para disfrutar esta fecha patria.
Morfi Porteño, de Silvina Reusmann y Cayetana Vidal, es fundamental para comprender la influencia de…
Con esta disposición se eliminan las autorizaciones previas que exigía el organismo.
Las Cujas cumplió 11 años y reunió a lo mejores chefs latinoamericanos. Presencia argentina en…