La Paternal gastronómica: un recomendado Michelin, una fábrica reciclada y el patio de una casa que celebra al asado, destacados del barrio

MN Santa Inés es emblema de una zona que también se suma a la renovación impulsada por bares y restaurantes.

El barrio de La Paternal nació a comienzos del siglo XX, ligado al crecimiento de Buenos Aires hacia el noroeste. Su nombre proviene de la Compañía de Seguros La Paternal, que loteó terrenos en 1904 y dio origen a una zona de casas bajas, talleres y fábricas.

Con la llegada del ferrocarril San Martín y la apertura de la estación de tren, el barrio se consolidó como un área obrera y de clase media trabajadora, con un fuerte sentido de pertenencia y vida comunitaria.

La Paternal también quedó marcada por el fútbol, ya que allí se encuentra el estadio de Argentinos Juniors, inaugurado en 1940. El vínculo entre La Paternal y Diego Armando Maradona es inseparable: fue en Argentinos Juniors donde debutó profesionalmente en 1976, con apenas 15 años.

Desde entonces, el barrio lo adoptó como un hijo propio y, aún hoy, mantiene vivo su recuerdo con murales, placas y homenajes.

En ese contexto, la gastronomía se apoderó de algunos rincones del barrio para generar alternativas a otras zonas porteñas que están ya saturadas de propuestas.

Van entonces algunas recomendaciones para almuerzos, cenas y meriendas en La Paternal.

MN Santa Inés

Esta casona chorizo que conserva su glamour original está ubicada en la isla de La Paternal, donde funcionaba una antigua panadería: en ese solar la cocinera Jazmín Marturet emplazó su proyecto. Un restaurante con una carta escueta que cambia cada cinco semanas: hay platos chicos, grandes y postres.

Siempre se incluye algo picante (lo que dice que pica, pica), algo vegano, algo criollo. de manera merecida, Santa Inés entró en las recomendaciones Bib Gourmand de la Guía Michelin 2025. Ávalos 360.

Acacia Negra

Tiene locales en tres barrios porteños, entre ellos La Paternal, donde se ubica en una esquina vidriada. Ofrecen ensaladas, tartas, sándwiches y tortas y budines súper frescos. Un imperdible la ensalada de berenjenas salteadas con eneldo, pimientos asados, aceitunas negras y naranjas grilladas, que viene con queso brie y mix de verdes. Camarones 2399.

Don Juan el Bar

Lugar ideal para tomar vermut en vaso o jarras. Para acompañar hay una variedad de platitos que van desde los buñuelos de acelga, rabas y empanadas de bondiola. También sandwiches como el clásico inoxidable de crudo, queso y manteca. Camarones 2702.

El Patio de Mabel

Una parrilla a puertas cerradas en el que previa reserva se ofrece un menú por persona. Incluye chorizo, morcilla, costillar criollo con 4 horas de cocción, postre y una bebida por persona. Hay opción para vegetarianos y todo sale en el marco de la atención familiar de Luciano y su hija Malena. Dr. Adolfo Dickman 1100.

Stern

Un restaurante que funciona en un edificio de estilo inglés en el que funcionó Química Estrella, una histórica droguería. Cocina de estación sin estridencias, con clásicos porteños como tortillas, revuelto Gramajo y panadería también bien casera: hay viennoiseries, rolls de canela, croissants y opciones tradicionales criollas como cremonas y bizcochitos de grasa. Av. de los Constituyentes 2985.

Cantina Chichilo.

Experiencia 100% bodegón “como los de antes”, con su carta eterna protagonizada por pescados, mariscos y otros frutos de mar, además de otras especialidades como los caracoles. Entre las pastas, reinan los fusilli al fierrito, imperdibles con cualquier salsa. Camarones 1901.

Tita la Vedette

Otro espacio emblemático de la renovación gastronómica del barrio, a metros del cementerio de Chacarita. Ofrece pastas 100% veganas artesanales desde una esquina ideal para reposar al sol y probar los trifunghi, por ejemplo. Paz Soldán 4993.


Author: Martina

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