6 restaurantes y bares que esconden historias pasadas ajenas al rubro gastronómico

Talleres, fábricas, un convento y una sastrería. Estos locales respetaron los espacios para darle valor agregado a sus propuestas.

En Buenos Aires, hay lugares donde la buena cocina no sólo se disfruta en el plato, sino también en el ambiente físico. Restaurantes y bares que nacieron en antiguos talleres, conventos, boticas o boutiques recuperan hoy su esplendor con nuevas propuestas gastronómicas que respetan el espíritu original de cada edificio.

Estos espacios resignificados invitan a vivir experiencias que combinan pasado y presente: estructuras centenarias, detalles conservados y una energía distinta que hace que cada visita se sienta como un viaje en el tiempo, pero con sabor actual.

#. Stern.

En el complejo Espacios Estrella, donde durante 80 años funcionó la droguería Química Estrella, hoy se alza Stern, un restaurante luminoso y de aire industrial que abre sólo de lunes a viernes. Su propuesta combina cocina casera con platos frescos como ceviche de abadejo, poke de salmón o ñoquis de sémola gratinados, ideales para quienes trabajan por la zona y buscan una pausa rica y diferente en La Paternal.

Av. de los Constituyentes 2985, La Paternal.

#. Mambo.

En un antiguo taller de autos y textiles en Villa Crespo, Mambo mantiene su espíritu fabril entre grúas y paredes descascaradas. El chef Santiago Pérez combina raíces de campo con técnica refinada en platos que destacan por sus aliños caseros -aceites, salsas y aderezos cítricos y picantes-, logrando una cocina personal y muy distinta, al punto que se transformó en una de las aperturas del año 2025.

Malabia 820, Villa Crespo.

#. Ávito.

En un exconvento de monjas de Villa Devoto, Ávito Bistró & Café resignifica un edificio con más de 120 años de historia. Entre baldosas centenarias traídas de Liguria, ventanales altos y luz natural, el chef cordobés Julio Figueroa creó un refugio cálido donde la cocina artesanal y el brunch de todo el día se combinan con el encanto de un espacio que conserva su espíritu original.

Pareja 3670, Villa Devoto.

#. Ness.

En una exsodería de techos altísimos en Núñez, Ness transformó un viejo taller mecánico y playa de carga en un restaurante de fuegos que marca tendencia. Leo Lanussol, el chef detrás de Proper, creó junto a Esteban Cigliutti un espacio donde todo sucede a la vista: cocina, brasas y comensales conviven en una experiencia integrada que une técnica, fuego y espíritu contemporáneo.

Grecia 3691, Núñez.

#. The New Brighton.

Pasando por el Microcentro porteño, el imponente edificio que alguna vez albergó la sastrería The Brighton hoy revive como The New Brighton, un bar y restaurante que conserva el esplendor de la belle époque. Entre vitrales, maderas talladas y una barra de estilo irlandés, el espacio mantiene detalles originales de 1908, cuando hasta Eduardo VIII visitó el lugar y dejó su sello en forma de esculturas aún visibles en el salón. Cocina porteña con aromas y sabores de los años 90.

Sarmiento 645, Microcentro.

#. Boticario.

En una antigua botica de los años 30, Boticario transformó su pasado farmacéutico en un laboratorio de coctelería e investigación. Entre frascos, hierbas y guiños a la historia del boticario Salvador Cortez, el bar combina ciencia y creatividad bajo la mirada de Florentina Blanco, reinterpretando clásicos con técnicas como fermentaciones, infusiones y clarificados en un espacio que celebra la alquimia moderna.

Honduras 5207, Palermo.


Author: Cucinare

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