Helados de autor, la última tendencia que conquista las cartas porteñas: 6 propuestas imperdibles
No son heladerías, pero elaborar su propio producto con creatividad y estacionalidad.

Hay una nueva escena dulce que se está imponiendo en Buenos Aires: la de los restaurantes que decidieron encargarse ellos mismos de sus helados, trabajándolos con la misma dedicación que sus panes, sus masas o sus fondos.
Con la llegada del verano, esa apuesta toma todavía más fuerza y cada cocina encuentra en el helado un territorio para explorar texturas, estacionalidad y creatividad propia. La tendencia crece, se diversifica y demuestra que, hoy, el postre más simple de todos puede convertirse en una firma de autor cuando nace directamente dentro del restaurante.
#. El Preferido de Palermo / Don Julio.

Tanto en El Preferido como en Don Julio, el momento del postre es único para los comensales fanáticos del helado artesanal. Y ahora el Kiosco de Helados de El Preferido es la gran chance de probarlos de manera directa.
Todos se elaboran de manera artesanal, con sabores que rotan según la estación, desde sorbetes cítricos hasta clásicos como dulce de leche, sambayón o pistacho. La crema Jersey y el chocolate hecho a partir de nibs de cacao molidos, los más requeridos. La producción es diaria, trabajada con la misma rigurosidad que eligen para ambos locales.
Guatemala 4785, Palermo; Jorge Luis Borges 2108, Palermo; Guatemala 4699, Palermo.
#. Evelia.

En el último proyecto de Máximo Togni, los helados también se baten puertas adentro y siguen el pulso de la estación, aunque suelen girar en torno a una carta breve y precisa. Allí aparecen sabores como sambayón, pistacho, dulce de leche granizado y un helado de queso con cerezas en almíbar. La producción diaria asegura texturas frescas y una identidad bien casera.
Campos Salles 1712, Núñez.
#. Cuervo Café.

En Cuervo Café, donde el café de especialidad es protagonista, los helados caseros se integran de forma natural a la propuesta: el affogato es uno de los mejores de la ciudad. A esa base cafetera se suma una selección propia de sabores que va desde sambayón con miso, chocolate 70% o sésamo caramel hasta opciones más frescas como lima, menta granizada, frambuesa y rosas o coco y maracuyá, además de variedades de estación.
Juramento 1284, Belgrano.
#. Gordo Chanta.

Los responsables de Gordo Chanta apostaron por el helado soft cuando casi nadie fuera del fast food lo hacía, y lo incorporaron como parte de su identidad dulce. A diferencia del helado tradicional, acá la mezcla se trabaja a mayor temperatura y se mantiene en una tolva que gira constantemente, lo que le da esa textura suave, aireada y tan reconocible. Los sabores cambian semana a semana -siempre con una opción a la crema y otra al agua- y hoy pueden ir desde un melón verde cremoso hasta una frutilla al agua bien refrescante.
Juan Ramírez de Velasco 1200, Palermo.
#. Garabato.
En el nuevo proyecto de Lucas Canga y Carla Corso (MAD Pasta) en Núñez, el helado artesanal acompaña con la misma frescura y sensibilidad que define su cocina. La producción es diaria y la carta arranca con una base clásica -pistacho, sambayón, chocolate 70% o menta granizada- para después abrirse a sabores menos habituales como glasé marrón o un sorbet de hierbas y maracuyá que equilibra perfume y acidez.
O’Higgins 3424, Núñez.

Aquí el helado artesanal funciona como un pequeño universo propio dentro de la carta. Hay un almendrado que apela directo a la nostalgia, un sándwich helado de oblea con sambayón, avellanas y chocolate amargo, y la Copa Cuatro Perros que combina helado de maní, crema infusionada con limón, salsa toffee, nueces fritas y una cookie irresistible. Finalmente, aparece un espectacular tiramisú affogato con helado de mascarpone y un toque de licor de naranja.
José A. Cabrera 4723, Palermo.
Author: Martina
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