6 listenings bars porteños para disfrutar una noche de gastronomía y música en alta fidelidad

La modalidad nació en Japón en los 50 y ya se expande en Buenos Aires, con propuestas que incluyen desde platos asiáticos o pizza napolitana.

Los listening bars nacieron en Tokio en los años 50 como espacios íntimos donde el protagonista era la música. Bares donde la música era protagonista desde equipos de alta fidelidad —tocadiscos de precisión, parlantes vintage y vinilos cuidadosamente seleccionados— que buscaban ofrecer una experiencia auditiva inmersiva.

Esa idea fue rescatada por la nueva generación de bares y cafés en ciudades como Nueva York, Londres y también Buenos Aires, donde varios espacios comenzaron a replicar este formato. En la capital argentina, cada vez más lugares priorizan la curaduría musical y el buen audio, en un contexto que combina el revival del vinilo con el deseo de desacelerar.

Van entonces seis opciones porteñas para una salida más con música y gastronomía cuidada.

#. Diez Treinta.

Gastronomía, cultura y arte independiente conviven en este espacio concebido por el chef, productor musical y artista visual Eliseo Martínez. Con una cocina sin moldes, que apuesta a los contrastes, lo estacional y lo inesperado, el menú combina ingredientes locales con técnicas modernas, y platos tan sorprendentes como accesibles.

Desde el crudo de pesca, el tataki bife de chorizo, o el arroz cremoso de hongos y parmesano, la carta propone una cocina sin etiquetas, con una curaduría de más de 20 etiquetas de vinos de baja y mediana intervención, provenientes de pequeños y medianos productores de todo el país.

La música, pilar esencial del lugar, suena exclusivamente en vinilo, con una colección curada por el propio Eliseo: funk, soul, jazz, afrobeat, reggae, disco y rarezas analógicas que crean una atmósfera única, viva y auténtica.

Crámer 1030, Colegiales.

#. Yakinilo.

Se trata de un pequeño local que te traslada a las calles de Tokio por su ambientación tradicional y un menú especializado en yakitoris y sushi. Con un espíritu informal inspirado en los típicos izakayas, este micro bar dispone únicamente de una barra con doce asientos frente a los fuegos de la parrilla.

El clima se realza a través de música reproducida en vinilos y un sistema de sonido de alta calidad, emulando a los famosos bares de audio de Japón. Algunas recomendaciones son el negima, el más tradicional, de pata muslo con cebolla de verdeo, salsa tare y pimienta recién molida; el sori resu, de molleja de pollo con sansho y limón; y el tsukune, el favorito de la casa, de albóndiga casera de pollo para mojar en una yema de huevo.

Av. Dorrego 1551, Palermo.

#. Mixtape.

La propuesta gastronómica incluye algunas opciones de tapeo; una barra omakase de 16 pasos, comandada por el maestro Takeshi Shimada; y cócteles de autor del afamado bartender Pablo Pignatta. La cabina del DJ está ubicada estratégicamente frente a la barra y pasa vinilos, CDs y listas que rotan día a día por géneros como el jazz, el blues o el rock, pensados para cada noche.

Franklin Roosvelt 1806, Belgrano.

#. Concepción pizza y vino.

Este local propone una experiencia sensorial que fusiona gastronomía, vino y música en alta fidelidad. Cuenta con musicalización 100% en vinilos todos los días, con un set up de sonido especialmente configurado para resaltar la calidez y profundidad del formato analógico. La propuesta se potencia cada miércoles con un ciclo especial que invita a DJs y coleccionistas a compartir sus discos en vivo. Ofrecen pizzas estilo napolitano, platitos de autor y vinos jóvenes.

Concepción Arenal 2426, Colegiales.

#. Gris Bar.

Ofrecen carta de ocho platos, dos postres, vinos y cócteles. Al mismo tiempo se disfruta de un stock de más de 400 vinilos que son seleccionados por el DJ, quien exhibe la portada del disco que suena en una columna, para que todos sepan qué están escuchando. La música abarca desde jazz y ambient de los 60 hasta bandas argentinas y una amplia variedad de música brasileña.

Cabrera 5918, Palermo.

#. Victor Audio Bar.

Es una de las últimas invenciones de los creadores del premiado bar porteño Tres Monos junto con el equipo del restaurante Niño Gordo. El bar tiene un estilo neoyorkino y una carta que remite a la era dorada de la coctelería, cuando se inventaron el Manhattan, el Martini y el Old Fashion.

Soler 5130, Palermo.


Author: Cucinare

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