Torta de casamiento: la increíble historia de una costumbre global

Esta pieza central de todo casamiento tiene un antiguo e increíble origen.

El momento culminante del casamiento suele ser cuando los novios cortan la torta, sinónimo de la felicidad. Es algo que, al igual que arrojar el ramo de la novia, está establecido, pero que tiene un origen muy antiguo. A pesar de ello, la torta de bodas empalidece frente a la variedad y exquisitez de la mesa de dulce, aunque cumple una función simbólica que ninguna otra vianda nupcial puede reemplazar.

La torta de casamiento viene de la Antigua Roma y se perfeccionó durante la Alta Edad Media. Era un pastel que se servía una vez finalizada la ceremonia; al comer la torta, los invitados compartían la buena fortuna que se deseaba a la recién formada pareja.

Los novios guardaban trozos de la torta para comerla en su aniversario o durante el nacimiento de su primer hijo. Cabe notar que las tortas de antaño no estaban hechas con ingredientes tan perecederos como ahora, sino que se elaboraban con mazapán, frutas abrillantadas y secas entre otros ingredientes por lo que se podía conservarlas durante más tiempo.

Con el tiempo, las tortas se sofisticaron y actualmente suelen tener presentaciones extraordinarias y varios pisos (se cree que cada piso tiene un significado, como lealtad, compatibilidad, fecundidad, etc.); siempre prima el color blanco, que es el símbolo de la pureza y virginidad que supuestamente debía tener todo nuevo matrimonio. También es tradición que los novios realicen juntos el primer corte de la torta, símbolo de la nueva empresa que están llevando en conjunto.

Sin embargo, hay más tradiciones. Antaño, la novia debía servir el pastel a su flamente familia política, una forma de incorporarse a ella, algo así como que lo nuevo reemplaza a lo viejo. Y también, cuando las tortas no eran tan pringosas (era similares a un pan dulce o a los pasteles galeses), se repartía un pequeño pedazo entre las doncellas, que acostumbran a ponerlos bajo la almohada y se decía que tenía el poder de hacerlas soñar con su futuro marido.

También era costumbre insertar un anillo en la masa y, supuestamente, al que le tocara en gracia recibirlo, sería el próximo en casarse. Hoy en día esta tradición se mantiene, pero se lleva a cabo con cintas que se insertan en una torta preparada al efecto.

Y un detalle un tanto kitsch que en ocasiones corona el pastel son los “muñecos de torta”, costumbre que data de la década de 1970 y representa a los recién casados. Pueden estar hechos con distintos materiales, e incluso colocarse en divertidas situaciones para hacer reír a la familia y los amigos, y es costumbre que una vez servida la torta, los novios los conserven como recuerdo de la jornada.

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Author: Cucinare

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