El Ritchie’s es un clásico restaurant decorado en el estilo de los diners estadounidenses de los años 1960: mucho Elvis, una rockola, los mozos usan gorras de taxistas de Nueva York de esa época, pero lo curioso del caso es que no se encuentra en los Estados Unidos, ni que las hamburguesas que prepara son de carne de res. Este establecimiento está en la ciudad de Dijon, Francia, cuna de la famosa mostaza. Y la hamburguesa que ofrece es de carne de cocodrilo.
Para conseguir publicidad gratuita, la propuesta, que solo va a durar 15 días, está realmente bien pensada. La carne proviene de criaderos ubicados en Zimbabue (sur de África), por lo que no se trata de animales en peligro de extinción.
Al hincar el diente, los comensales se encuentran con una carne ligeramente rosada, con un sabor parecido al de la salchicha o pollo. “Tal vez está demasiado aderezada y el verdadero sabor está un poco tapado”, afirma una clienta. Pero la realidad es que la carne de cocodrilo es bastante insípida, ideal para ir acompañada con todos los ingredientes y aderezos que generalmente llevan las hamburguesas. En todo caso, este plato se vuelve más salado a la hora de pagarlo: cuesta 20 dólares.
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