¿Sabés qué tienen en común el chocolate, las hamburguesas, la pizza y las papas fritas? Son todos alimentos de los que alguna vez tuviste antojo. La ciencia comprobó que tenés más antojos por comidas que aportan grasas y carbohidratos (como los de los ultraprocesados), y que dormir poco aumenta tu antojo por comidas menos saludables. Pero lo interesante del tema es que, con un poco de esfuerzo y práctica, podés controlarlos.
En ese sentido, no vale la pena buscar frenar de manera drástica el consumo de los alimentos que no son saludables, porque las prohibiciones no sirven. Al final, la presión es tan grande que terminás tirando la toalla y saciando esa insatisfacción comiendo de más. En cambio, el secreto está en desarrollar la “atención plena”, lo que ayuda a controlar mejor tus impulsos relacionados con la comida. Y estos son los trucos para controlarlos.
#1. Desarrollá tu conciencia. Si estás comiendo, tomate unos segundos para pensar en lo que estás masticando, y qué sabor tiene. Fijate si la comida es crocante, blanda, dulce, salada, etc. Masticá bien y dedicá un momento para captar las sensaciones y experimentar el sabor.
#2. Escuchá tu cuerpo. Podés llegar a comer por alegría, estrés, una reunión social, etc., pero es importante tomar conciencia por qué estás teniendo antojos de comida. ¿Es porque tu estómago hace ruido? ¿Porque estás aburrido? ¿Tenso? Es clave aprender a prestar atención a esas señales para poder diferenciar el comer porque tenés hambre del resto de sensaciones.
#3. Manejá la incomodidad. Como se dijo, muchas veces comés por la tensión que sentís alrededor tuyo, por estrés o por ansiedad. Una vez que te des cuenta qué es lo que te está pasando, aprendé a manejarlo para que no lo tengas que conectar con la comida. Así vas a aprender a no necesitar distraerte con los alimentos.
#4. Desarrollá hábitos y recompensas más útiles. Ahora que estás tomando conciencia de cuándo comés porque tenés hambre y cuándo no, tal vez la solución pase por abrazar a tu mascota o tomar un poco de agua. Es obvio que a veces comés por el placer y nada más, y no pasa que solo comas porque tenés hambre. Pero otra cosa muy distinta es no poder controlar los antojos.
#5. Focalizate en tu experiencia de comer. No comas haciendo otra cosa, como leer un email, mirar la televisión o chatear. Dedicale el tiempo que haga falta para saborear la comida. Si hacés esto, te vas a dar cuenta que tu necesidad de comer se va a reducir, así como tus antojos.
¿Qué trucos tenés para controlar tus antojos?
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