Este postre telúrico, de la Argentina profunda, vuelve a las cartas de los bodegones. Y motivos no le falta, porque coronar una comida con una buena porción de zapallo en almíbar crujiente, dulce y almibarado es un placer.
Y, a pesar del paso del tiempo, es una costumbre que generaciones de comensales siguen repitiendo. Sí, ya sea sólo o con dulce de leche y crema, es uno de los postres de batalla que no falta en ningún bodegón, ya que es rico, barato y fácil de conservar.
El nombre zapallo viene de la voz quechua sapallu, ya que en castellano se lo conoce como calabaza. Y es uno de los dones originarios de América. Existen numerosas especies y en la Argentina es conocida la predilección que tienen los cordobeses por el consumo de esta cucurbitácea, ya sea en carbonada, locro o como dulce.
En muchos restaurantes lo compran a terceros pero algunos se toman el trabajo de hacerlo en sus cocinas, como es el caso de Antonia, la matriarca de Pan y Teatro, un restaurant de una familia mendocina que hace excelente cocina casera. “Yo uso zapallo Angola, el largo”, dice la cocinera que a sus 82 años sigue en los fuegos. “Se lo debe pelar y cortar en cubos y remojar unas dos horas en agua con unos granitos de cal. Luego se escurre y se debe preparar un almíbar para cocer los cubos. La clave está en que el almíbar no sea muy espeso y en que la cocción del zapallo sea más bien corta. Cuando se enfría va al frasco, que se debe sellar mediante un hervor. ¿Dulce de leche? No, no pega. Es mejor acompañarlo con crema líquida o batida”, finaliza la señora.
Y si querés hacerlo en tu casa, Cucinare te acerca una sencilla receta:
#1. Pelar el zapallo con un cuchillo de hoja dura, despepitarlo y cortarlo en cubos. Cocinar los cubos de zapallo junto a los clavos de olor en una olla alta con agua durante 40 minutos. Retirar, sacar los clavos y reservar en un bowl refrigerado.
#2. Al día siguiente, llevar los cubos a la olla, agregar el azúcar y una parte igual de agua, la vaina de vainilla y cocinar a fuego lento hasta que los cubos estén tiernos. Agregar agua en caso de que sea necesario. Una vez logrado el punto del zapallo, retirar, luego pisar los cubos a fin de formar el dulce. Guardar el dulce en un frasco hermético y conservar en frío.
¿Te gusta el zapallo en almíbar?
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