El termómetro trepa y también las ganas de tomar algo fresco, más aún en un momento donde hay una marcada tendencia a la alimentación saludable, apalancada en el consumo de frutas y la eliminación de azúcares agregados. ¿Qué mejor que tomarse un buen refresco a base de cítricos exprimidos?
Cucinare hace un repaso sobre los tres refrescos más populares, que son la limonada, naranjada y pomelada, y te brinda consejos para que te salgan perfectos.
Los limones, al igual que la naranja, provienen de Oriente, más precisamente del Sudeste Asiático. Allí los nativos tomaban un tipo de limonada llamada “nimbu pani”, que endulzaban con la caña que provenía de la región. La primera evidencia escrita de limonada se ha encontrado en Egipto, fechada alrededor del año 1000 d.C. Se cree que la fruta se introdujo desde Asia alrededor del año 700 d.C. Allí los campesinos disfrutaban de una bebida hecha con limones, dátiles y miel, y las botellas de jugo de limón con azúcar, conocido como qatarmizat, fueron importadas y consumidas localmente.
No se sabe con certeza cómo estos cítricos llegaron a Occidente. Algunos expertos sostienen que la naranja pasó de Libia a Europa, mientras que otros dicen que los trajeron los árabes a través de Sicilia.
Lo cierto es que en 1676 se fundó en París una empresa conocida como Compagnie de Limonadiers. A ellos se les otorgó el derecho monopólico para vender limonada, así que sus vendedores deambulaban por las calles sirviendo la bebida en vasos que rellenaban con tanques que colgaban de sus espaldas.
En 1767 Joseph Priestley inventó el agua carbonatada; la primera referencia encontrada acerca de limonada carbonatada fue en 1833, en Inglaterra, mientras que R. White’s Lemonade es la limonada comercial más antigua, creada en el Reino Unido en 1845.
Ahora bien, ¿cuáles son los tips para hacer una buena jarra de jugo a partir de cítricos? Cucinare consultó a Silvia Valdemoros, abanderada de la cocina saludable, que se explayó sobre el tema:
#1. Pelar el cítrico a vivo. “Ya sea naranja, pomelo o limón, aconsejo aprovechar la fibra de los cítricos. Por eso es bueno aprovechar todo menos la cáscara”.
#2. Procesamiento. “Recomiendo licuarlos en dos partes: primero, el cítrico con muy poca agua, miel (o azúcar mascabo), y en caso del limón algo de menta y jengibre.
#3 Hielo. “El hielo lo agrego en la segunda etapa, y después completo con más, en caso de que sea necesario”.
#4. Complementos. “Un puñado de frutos rojos, albahaca o pepino, son excelentes complementos para estos cítricos. El romero, que en ocasiones le agregan, no es recomendable porque es invasivo y tiene hoja dura. Con la naranja y el pomelo va bien la pulpa de maracuyá. Y con la naranja quedan especialmente bien la mezcla de frutillas y el durazno”.
¿Te gustan los jugos de cítricos?
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