Un clásico de las mesas de fin de año son los licores, que se suelen tomar como aperitivo antes de empezar a comer, o digestivo al final de la comida del 31. Si el limoncello y el Bailey’s son de los más consumidos, existe una gran cantidad de licores que se pueden tomar para celebrar el cambio de año. Sin embargo, la pregunta que surge a continuación es cuán saludable es tomar una o dos copitas de esta clase de bebidas.
En realidad, los nutricionistas desaconsejan su consumo, porque no son sanos. Y recomiendan cambiar el clásico consejo de “tomar alcohol con moderación”, a “cuanto menos alcohol tomes, mejor”.
Por eso, si en la noche del 31 vas a tomar una copita únicamente, no te pasa nada, y lo mismo se podría decir en el caso de optar por tomar una copa de vino. El problema empieza cuando se acumula el alcohol consumido, más allá de que se combinen o no las bebidas.
Y ni hablar si acostumbrás tomar alcohol de manera regular, porque los riesgos sobre tu salud crecen de manera exponencial. Desde accidentes cardiovasculares y cirrosis, hasta una gran dependencia del alcohol, a tal punto que el síndrome de abstinencia puede provocar la muerte en los casos más extremos. Por eso, si vas a tomar licor este Año Nuevo, hacelo en dosis extremadamente moderadas.
¿Te gustan los licores?
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