El escándalo estaba servido: dos años después de la muerte de Paul Bocuse, considerado por muchos como “el Papa” de la cocina francesa, se filtró la noticia de que la famosa Guía Michelin, la que puntúa con hasta tres estrellas la calidad de los restaurants, le iba a retirar su tercera estrella al establecimiento insignia del famoso chef. En Francia, la noticia cayó como una bomba, cuando el lunes 27 de enero, la célebre publicación oficializaba su listado de restaurantes franceses estrellados para 2020.
Al final, las polémicas que se preveían en cuanto se dieran a conocer los resultados no estuvieron en el menú. La Guía seleccionó 628 restaurantes, a los que les entregó una, dos y tres estrellas, lo que significa 4 establecimientos menos que en 2019.
Entre los nuevos chefs que alcanzaron la máxima distinción, Kei Kobayashi (dueño del restaurant Kei, en París), Christopher Coutanceau (Coutanceau, de la ciudad atlántica de La Rochelle) y Glenn Viel (l’Oustau de Baumanière, ubicado en la Provenza) alcanzaron el Olimpo gastronómico.
Y, finalmente, la sangre no llegó al río más de lo que ya se sabía. El único restaurant de tres estrellas que bajó de categoría fue l’Auberge du Pont-de-Collonges, del difunto Bocuse, y que tantas ampollas levantó en las últimas semanas entre los franceses y que provocó un comentario durísimo del crítico gastronómico Périco Légasse: “La Guía acaba de suicidarse”.
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Recetarios, crónicas, atlas viajeros y manuales ilustrados. Propuestas distintas sobre un universo que nos fanatiza.
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