El 28 de enero pasado, una pareja cenaba en el Shopping DOT de la ciudad de Buenos Aires, cuando la desagradable sorpresa se posó delante de sus ojos: una rana muerta se había convertido en un ingrediente más de la ensalada Caesar que habían pedido en un local del patio de comidas.
Al día siguiente, la damnificada, Mercedes Conde, posteó en su cuenta de Twitter lo que le había ocurrido y la denuncia entonces quedó viralizada en minutos:
No pasó mucho tiempo para que Green Eat, el restaurant involucrado en el hecho, le respondiera a la clienta. “Hola Mercedes. Acá estamos todos muy concentrados en entender qué pasó. Nos resulta imposible creer que algo así haya pasado, nos ponemos en tu lugar y unas disculpas es poco. (…) Ojalá tuviésemos algo más para contarte, pero estamos trabajando en entender qué pasó, dónde estuvo la falla y revisando una vez más cualquier cosa que podamos mejorar en el proceso. A todos acá nos duele igual o más que a vos”.
Sin embargo, la respuesta del local no quedó allí y el jueves 30 emitieron un comunicado formal a través de sus redes sociales:
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