Contra la paranoia que genera la epidemia de coronavirus, varios restaurants de Hong Kong decidieron tomar medidas para tranquilizar a sus clientes y evitar que no se animen a comer fuera de sus casas. Por eso han desarrollado distintas estrategias para combatir la propagación del virus.
Time Café, un establecimiento del barrio de Kowloon Bay, transformó a varios de sus mozos en “embajadores de la higiene”. Con un delantal blanco y un termómetro en la mano, controlan a cada comensal que llega a la puerta para tomarles la temperatura. Si tienen fiebre, no se les permite el acceso. Además, estos “embajadores” controlan que los demás empleados mantengan una higiene absoluta, recordándoles de lavarse las manos regularmente.
Otro restaurant, Kam Ka Lok, ubicado en el barrio de Tak Kok Tsui prefirió luchar contra la epidemia colocando paneles de vidrio transparente para separar a los comensales en el salón y evitar que las gotas de saliva se propaguen entre los demás. “Es mejor que nada”, afirmó Michelle Yiu, una empleada de 35 años, entrevistada por Reuters. “Pero me sentiría más segura si cambiaran el vidrio cada vez que se sentara un nuevo cliente”, agregó.
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