El mayor fabricante de cerveza de la Argentina acaba de mostrar su gran interés por ingresar con fuerza en el mundo del vino. Quilmes, la cervecera que pertenece al grupo internacional AB InBev, el más grande del mundo en materia de elaboración de cervezas, anunció la compra de la centenaria bodega Dante Robino.
Si bien ya había dado un paso inicial al lanzar un vino de tamaño individual, bajo la marca Roots, y otro en lata, bautizado Blasfemia, la adquisición de esta bodega muestra que Quilmes quiere pisar fuerte en el mercado vinícola, tanto nacional como internacional.
Si bien Dante Robino, que cuenta con 74 empleados, posee hoy una cuota de mercado doméstico del 1%, las expectativas de sus nuevos propietarios apuntan a triplicar su tamaño en el mediano plazo, para poder salir a competir con mayor músculo contra los grandes del sector.
En la actualidad, Dante Robino puede producir 11,5 millones de litros por año, diversificados en 14 marcas y 37 variedades de vinos y espumantes. El 30% de su producción va al exterior, con 40 países como destino.
Curiosamente, el mayor grupo vitivinícola argentino es Peñaflor, que pertenece a la familia Bemberg, fundadores y antiguos propietarios de Quilmes hasta la venta a AB InBev. Peñaflor posee una docena de bodegas, entre las que se destacan Trapiche, Finca Las Moras, El Esteco, Mascota Vineyards y Navarro Correas. Además, su participación en el mercado doméstico alcanza al 25%.
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