Es tiempo de que libres la batalla contra un enemigo que tenés dentro de tu casa desde hace demasiado tiempo: la suciedad de tu horno.
Es probablemente el lugar que más se ensucia al ser utilizado de toda la cocina: acumula restos de grasa y alimentos y su potencial para transformarse en microorganismos convierte a su limpieza en una tarea impostergable. Acá te contamos cómo hacerlo.
#1. Rejillas. Empezá retirando las rejillas y asaderas que tengas en su interior para limpiarlas con algún producto antigrasa por separado.
#2. Vidrio. Con un paño húmedo con agua caliente, pasalo por el vidrio de la tapa del horno, así vas ablandando la grasa acumulada.
#3. Antigrasa. Ya sea que elijas un producto natural (bicarbonato de sodio diluido en agua y aplicado con un pulverizador, o jugo de limón calentado en el horno a temperatura máxima durante 30 min.) o químico de los que venden en los supermercados, aplicalo con un paño o esponja.
#4. Tiempo. Dejá actuar el producto durante un rato para que vaya aflojando la grasa.
#5. Retiro. Ahora volvé a lavar el paño o esponja y usalo húmedo para empezar a sacar la grasa.
#6. Limpieza final. Repetí la operación con un paño humedecido en agua y dejá el horno abierto para su ventilación.
¿Cada cuánto acostumbrás a limpiar tu horno?
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