“Caballero: sustantivo. Algo poco común hoy en día. Un hombre respetuoso y considerado con los que lo rodean”. Así se presenta la etiqueta de la línea de vinos Caballero de la Cepa, de la bodega Finca Flichman. Pero que, en tiempos de coronavirus, decidió aggiornarse y adaptarse al nuevo entorno, donde son muchos menos los que “rodean” a todo caballero.
El pionero en este sentido fue la empresa de e-commerce MercadoLibre. En un golpe maestro de creatividad y velocidad de reacción a la crisis (tanto sanitaria como económica), decidió cambiar su célebre logo del apretón de manos para reemplazarlo por dos codos que se saludan y que, de paso, muestran la fuerza ante la adversidad.
En el caso de Flichman, para mostrar que es una bodega responsable con los tiempos que corren, modificó su famosa línea para rebautizarla como “Caballero en la Casa”, un guiño a todos de que el bon vivant se queda “guardado” por un tiempo, cumpliendo como el que más con el aislamiento obligatorio.
Por ello, la silueta del famoso caballero se deshizo del saco, la camisa y la corbata, para lucir una canchera remera que hace juego con su copa. Toda una manera de evitar que decaiga la venta de vinos online a través del delivery y seguir promocionando la línea.
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