Una práctica tan aberrante para la cultura occidental sigue siendo muy popular en el interior de China. Se trata del Festival del solsticio de verano, que reúne por estas fechas en la ciudad de Yulin (sur del país) a los consumidores de carne de perro. Durante varios días se venden canes para consumo humano, y eso a pesar de los antecedentes del coronavirus.
Es que si bien el brote de Covid-19 se originó en un mercado de animales exóticos de Wuhan (1.200 km al norte de Yulin), intentar retirar la tradición de comer este tipo de carnes (como la de murciélago, sapo o perro), sería parecido a que los argentinos dejen de consumir achuras. Se puede lograr, pero seguramente llevaría mucho tiempo.
Prueba de ello es que este año, a pesar de las restricciones por el coronavirus, recién acaba de comenzar el festival de la carne de perro en Yulin. Si bien en el norte de China se está perdiendo la cultura de este consumo, en el sur sigue siendo muy habitual. De hecho, en el norte del país se dan, cada tanto, decomisos de camiones cargados con perros que viajan hacia los mercados del sur del país. Muchos de estos canes fueron robados en casas de familia.
Recién en abril pasado dos ciudades chinas (Shenzhen y Zhuhai) aprobaron leyes prohibiendo el consumo de carne de perro. En el resto del país no está prohibido, por más que se haya perdido la tradición en gran parte del territorio chino. Y cada vez hay más jóvenes que se manifiestan en Weibo, la red china, criticando que siga esa práctica “vergonzosa a nivel mundial”.
El cuartirolo de El Abascay participó del certamen y obtuvo el premio Súper Oro.
En el marco de la exposición Todo Láctea, Alimentos Santa Clara ganó el premio mayor.
El bodegón de Palermo nos abrió sus puertas para mostrarnos cómo elaboran su plato emblema.
La cocinera organiza el evento en Narda Comedor, su restaurante del Bajo Belgrano.
Es importante para fortalecer tejido óseo y también aporta colágeno.
Una joven lo hizo en la cuenta Las recetas de mi vieja y tuvo millones…