Si bien recuerda la época de la Ley Seca, la clausura de la cervecería Buller, realizada este martes 5 de agosto, se debe a motivos bien diferentes. Es que en tiempos de Covid-19 cualquier aglomeración, por pequeña que sea, tiene consecuencias indeseadas.
Hay que tener en cuenta que Buller es uno de los pioneros de la cerveza artesanal y cuenta con un enorme gastropub en el barrio porteño de Recoleta, de estética industrial. Allí tienen 16 canillas de las que brota cerveza propia, con variedades como Honey, Indian Pale Ale y Hefe Weizen, además de productores invitados.
Al igual que mucha gente del rubro enogastrónomico, esta cervecería sufre las consecuencias del confinamiento, y solo puede trabajar mediante el sistema de delivery y take away, a la espera de que en algún momento comience la normalización en bares y restaurantes. Es que según reza el esquema de cuarentena escalonada pensado por las autoridades porteñas, recién en la fase 2 se sumaría la gastronomía al aire libre autoservicio. Y se estima que en la 3 se incorpore el servicio a la mesa.
La clausura se produjo porque un grupo de jóvenes que supuestamente compraron cerveza para llevar, se sentaron a consumir en las mesas ubicadas en la vereda del local, con la aparente complicidad del pub. Esto, sumado a que los clientes de ocasión no respetaron el distanciamiento social, provocó la crisis. Los vecinos grabaron videos con los celulares que rápidamente se viralizaron en las redes, motivo por el cual las autoridades municipales procedieron a su clausura.
¿Fue justa la medida o hubo exceso de celo? Si bien la ley aplicada durante la presente pandemia es clara, son varios los dilemas que se mezclan en un incidente de esta naturaleza. Por un lado, está la imperiosa necesidad de trabajar que tiene el rubro gastronómico, so pena de quebrar en el futuro inmediato, además de la ansiedad que tiene un sector de la ciudadanía en socializar, en especial el segmento más joven. Pero por el otro, está la obligación del Estado por velar por la salud pública frente a un virus altamente contagioso.
Sería deseable que, tal como está contemplado, a mediados de agosto los establecimientos que tengan espacios al aire libre finalmente puedan atender a sus clientes sin descuidar los protocolos de distanciamiento social. Porque luego de casi cinco meses de cerrar sus puertas tanto bares como restaurants se encuentran en una situación terminal.
¿Te parece acertada la clausura de esta cervecería?
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