Este es, sin duda, el destilado favorito de los estadounidenses. Los orígenes del nombre son inciertos y aún hoy generan discusión, pero las teorías más firmes lo asocian al condado de Bourbon, en Kentucky, o a la Bourbon Street de Nueva Orleans, pero no hay duda de que ambas se remontan a la casa real de Borbón, que gobernó en Europa durante siglos.
Lo que sí se sabe es que empezó a destilarse a partir del siglo XVIII, fenómeno que no paró hasta convertirse en una industria que en la actualidad mueve aproximadamente u$s 8.600 millones por año.
Si bien hay diferentes tipos de Bourbon, por lo general tiene un sabor levemente dulzón, algo de vainilla, roble, caramelo y especias. Y no sólo se puede tomar solo, sino que es ideal armar cocktails, como el famoso Old Fashioned o el Manhattan. También se usa en cocina e incluso se llegó a usar con fines medicinales, al igual que el whisky escocés.
Para que un whisky americano se pueda llamar Bourbon, la mezcla de granos de la que se destila el producto debe contener al menos un 51% de maíz. Y sólo puede elaborarse en los Estados Unidos, ya que las leyes de ese país determinan que esa palabra no se utilizará para describir ningún whisky o licores destilados a base de whisky que se produzcan fuera de su territorio.
La mayoría de los bourbons modernos se escurren inicialmente en un alambique de columna y luego se redestilan en un “doblador”, que es básicamente un alambique clásico.
El aguardiente resultante, llamado “white dog” (perro blanco), se lleva a barricas de roble nuevo ahumado para su envejecimiento. El aguardiente, que al menos debe envejecer dos años, gana en color y también en sabor gracias al aporte de la madera, que por lo general es roble americano. Después se lo extrae y diluye con agua hasta alcanzar una graduación de 40°.
¿Por qué el Bourbon, a diferencia del whisky escocés, no tiene tanto arraigo en la Argentina? Cucinare consultó a Federico Cuco, experto bartender propietario del Verne Cocktail Club: “Probablemente sea por la influencia cultural británica que fue tan fuerte acá. Al escocés se le tiene más respeto, se lo ve como un producto más sofisticado, mientras que en el imaginario colectivo al Bourbon se lo asocia al cowboy tomando un shot antes de desenvainar su revólver”.
Y añadió: “En las barras lo usamos bastante, para hacer Mint Julep, Manhattan y Old Fashioned. No obstante, son pocas las marcas que llegan a la Argentina; las más conocidas con Jim Beam y Jack Daniel’s. A mí me gusta cuando es de buena calidad, como el que hace Maker’s Mark Buffalo Trace”, concluye el experto.
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