Parece una tomada de pelo, y en realidad lo es. Dos clientes que fue a comer a un restaurant en la localidad de Blackburn (centro del Reino Unido), no tuvieron mejor idea para evitar tener que pagar la cuenta que protestar porque el plato que les habían servido tenía pelos entre la comida.
El insólito reclamo ocurrió en el Jaan’s BBQ Kitchen Restaurant and Grill, y el propietario contó cómo empezó todo en una entrevista con el diario The Daily Star: “Cuando se sentaron, pidieron un gran plato, les avisé que era un plato para cuatro personas que costaba 55 libras (72 dólares). Pero ellos me dijeron que tenían hambre”.
Sin embargo, a la hora de pagar, los clientes se quejaron de que todo tenía pelos, por lo que el dueño se fue a disculpar y ofreció reemplazarlo por el mismo plato. Al negarse y querer irse sin pagar, empleados del establecimientos dudaron de su buena fe, por lo que fueron a controlar la filmación de la cámara de seguridad del salón.
Fue ahí que los descubrieron arrancándose pelos del pubis para colocarlos en los platos. Al mostrarle las imágenes a los comensales, éstos siguieron negándose a pagar la cuenta. Después de 10 minutos de discusión, arrojaron un billete de 20 libras (26 dólares) a la cara del dueño y salieron corriendo. De todos modos, el propietario avisó a la Policía por lo sucedido.
¿Qué harías en lugar del dueño?
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