Hay que pellizcarse para estar convencido de lo que se está viendo: la severa crisis económica provocada por la pandemia en Europa hizo lo imposible, que Burger King pidiera a sus consumidores que fueran a comprar productos de su rival directo, McDonald’s. Y todo con tal de no perder miles de puestos de trabajo en el sector de las empresas de comidas rápidas.
Ocurrió en los últimos días en Francia y el Reino Unido, donde la compañía de origen estadounidense, habitualmente arriesgada en sus comunicaciones publicitarias, publicó un comunicado haciendo el extraordinario pedido para sostener a todo el sector, luego de las restricciones que fueron impuestas por los gobiernos ante el recrudecimiento de la segunda ola de contagios.
“Nunca creímos que les llegaríamos a pedir que hicieran esto. Nunca llegamos a pensar que os animaríamos a hacer pedidos a KFC, Subway, Domino’s Pizza, Pizza Hut, Five Guys, Greggs, Taco Bell, Papa John’s, Leon… o cualquiera de los restaurantes de comida independientes que no hemos mencionado”, puede leerse al principio del comunicado, que se titula “hagan pedidos en McDonald’s”.
“Los restaurants están echando a muchos empleados a la calle y en este momento necesitan vuestro apoyo. Así que, si quieren ayudar, empiecen a hacer pedidos de comida a domicilio. Pedir una Whopper es siempre la mejor opción, pero encargar un Big Mac tampoco está tan mal”, finaliza la nota.
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