El blockchain llega al aceite de oliva

Lo último en tecnología de trazabilidad se aplica a este producto y permite al consumidor conocer quiénes, cuándo y dónde la cosecharon, prensaron y envasaron.

Uno imagina que la producción del aceite de oliva está asociado a paisajes bucólicos, viejas almazaras movidas por una noria, y a agricultores que capazo en mano varean pacientemente los olivares, para lograr el tan ansiado oro verde. Esas imágenes costumbristas salidas de una novela de Vicente Blasco Ibáñez contrastan con la realidad. Porque el mundo está cambiando rápidamente, y los métodos de producción también, incluso algo tan tradicional como la producción y venta del aceite de oliva.

Si como muestra basta un botón, una cooperativa española compuesta por más de 2000 agricultores, y un proveedor de aceite de oliva en la Argentina, anunciaron que están utilizando tecnología blockchain provista por IBM para rastrear el ciclo de vida de sus productos y proporcionar trazabilidad, autenticidad y calidad a los consumidores.

¿Blockchain? ¿No es una palabra de moda asociada a las emergentes criptomonedas’ ¿Qué tiene que ver con algo tan telúrico como el aceite de oliva? Es que el blockchain es una base de datos horizontal que permite verificar, validar, rastrear y almacenar todo tipo de información, desde certificados digitales, sistemas de votación democráticos, servicios de logística y mensajería, contratos inteligentes, dinero, transacciones financieras, y por supuesto, hacer el seguimiento de la producción y comercialización del aceite de oliva.

Usando esta tecnología, las empresas olivícolas de todo el mundo están promoviendo una mayor confianza de los consumidores en su aceite de oliva, y trabajan para crear una cadena de suministro más transparente. Es que la demanda de transparencia y desconfianza general de los consumidores fue impulsada por informes recientes sobre falsificaciones y adulteraciones de aceite de oliva.

Cucinare conversó con Guillermo Albornoz, director y propietario de Rolar de Cuyo, productora de aceite de oliva, que está implementando esta tecnología: “Parece ciencia ficción, pero no lo es”, afirma Albornoz. “Para explicarlo de forma sencilla, hay empresas, como IBM, que hacen una especie de Facebook (IBM Food Trust), destinado a seguir la trazabilidad de los alimentos. Allí se suben empresas, productores y retailers, como Carrefour y Wal Mart, que son las que van a seguir, mostrar y contar la trazabilidad de cada producto”, dijo.

Y luego agrega: “Nosotros, en Rolar de Cuyo, hacemos un seguimiento detallado de nuestra producción (por ejemplo, a qué hora llegó la aceituna al playón de recepción, a qué temperatura se hizo la pasta de la aceituna, a qué velocidad se procesó el aceite, y mucha más información técnica), que los operarios van subiendo a la aplicación de IBM. Finalmente, el jefe de planta la valida, se sube a la red y se comparte con nuestros clientes, que son Molinos Río de la Plata y Aceitera General Deheza, entre otros. Son ellos los que tienen -la historia clínica del producto-, y está en ellos mostrar cuánta de esa información le llega al consumidor final. Este último accede a la misma mediante un código QR, y si bien este último eslabón aún no se aplica en la Argentina, en poco tiempo más será una realidad”, concluye el empresario.

Así que en poco tiempo más, al escanear un código QR en cada botella de aceite de oliva, los consumidores argentinos podrán rastrear su producción desde los olivares donde se cultivaron las aceitunas, los molinos donde se procesó en aceite, hasta los negocios donde se vende. Incluso podrán ver imágenes de dónde se recolectaron y prensaron las aceitunas, y conocer a los agricultores y trabajadores detrás de escena, e incluso revisar qué criterios se cumplieron para el aceite en cada botella.

¿Habías escuchado hablar de esta tecnología?


Author: Cucinare

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