Empanadas bolivianas: una tradición única rellena de identidad y secretos

Son muy diferentes a las argentinas y vienen con mucha cultura norteña detrás. Te contamos dónde comerlas en Buenos Aires.

Si uno piensa que las empanadas son patrimonio exclusivo de los argentinos, se equivoca. Basta repasar este informe de Kiwilimón para comprobar que se trata de una comida universal.

En la Argentina, la discusión criolla se centra en si son mejores las tucumanas o las jujeñas, si las mendocinas llevan pasas de uva, o si van al horno o se fríen.

Pero en la frontera norte existe otro auténtico universo “empanaderil”, ni más ni menos que en Bolivia.

Efectivamente, los vecinos bolivianos también rinden culto a este fast food telúrico, y tienen una gran variedad de preparaciones. Cucinare consultó con Magui Choque Vilca, ingeniera agrónoma, cocinera, y experta en las cocinas del NOA.

Se puede escribir un libro acerca de las empanadas bolivianas. Cada una tiene su nombre y su lugar. Por ejemplo, hay empanadas de media mañana, como la salteña, o de media tarde, desde Villazón hasta La Paz; hay empanadas de queso, que son redondas, también están las fritas y al horno, de carne, pollo o queso…un auténtico universo”, explica Magui.

Por ejemplo, la llamada salteña poco tiene que ver con que se hace en nuestra querida Salta.

En su versión más ortodoxa, auténtico aperitivo de media mañana, lleva ají amarillo, papa, carne vacuna, son grandes y extremadamente jugosas ya que suele venir con parte del líquido que queda de la preparación del jigote. Además siempre lleva un barniz de clara de huevo.

Pero dentro de las salteñas, existen variedades en los diversos departamentos, como las cochabambinas, cruceñas, paceñas, potosinas, y chuquisaqueñas, entre varias más.

No obstante, la diversidad, se reconoce que una de las promotoras a nivel nacional del consumo de este alimento fue Feliciana Zaviría, madre de Juana Gorriti.

Otra característica de las empanadas en Bolivia es que en los departamentos andinos suelen ser más picantes y, para bajar la pungencia, se las suele acompañar con chicha de maíz.

Ahora bien, ¿dónde se pueden probar en Buenos Aires? Sin duda que en el barrio porteño de Liniers, en especial sobre los establecimientos que dan sobre la calle Ibarrola, auténtica muestra de la gastronomía del país hermano.

Miriam, por ejemplo, es uno de los lugares de culto donde experimentar la auténtica cocina boliviana.


Author: Cucinare

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